Los piercings bucales están de moda, pero causan numerosas complicaciones y lesiones
bucodentales, según un estudio de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid divulgado hoy. En él se
afirma que el 72 por ciento de sus portadores sufre algún problema posterior a la colocación del
adorno.
Entre las complicaciones más frecuentes que cita la Clínica Odontológica de esta universidad
figuran inflamación (35%), seguida de dolor (18%), dificultad para hablar y para masticar (15%),
alteración del gusto (5%), sangrado (4%), aumento de la salivación, infección y sensación de
hormigueo (un 2%) y alergia (1%).
Además de los daños típicos tras la colocación del piercing, se producen también lesiones
periodontales, y en los tejidos duros y blandos, tanto en la colocación extraoral como intraoral.
Las fisuras son los daños en los tejidos duros más frecuentes (96,5%) -siendo éstas
independientes del tipo de piercing, material o tiempo de permanencia-, seguidas de las abrasiones
(10,3%).
Con respecto a los tejidos blandos, el 85 por ciento de los sujetos presenta algún daño.
La lesión que más preocupa a los odontólogos es la periodontal, ya que se produce en casi la
mitad de los portadores de piercings (48,1%), sobre todo si son de metal.