Gustavo De Vega, médico psiquiatra especialista en adicciones, advierte sobre el consumo de pastillas de éxtasis en la ciudad Aunque hace más de 30 años que trabaja en la problemática de las adicciones, el médico psiquiatra Gustavo De Vega no salía ayer del estupor por las muertes en la fiesta electrónica en Costa Salguero. “Es una tremenda tragedia que se puede emparentar con Cromañón, por el impacto a nivel público y por lo que esconde, como cuando suceden esos terribles accidentes de autos y uno se acuerda de lo mal que están las rutas”.
Consultado sobre si lo que pasó es patrimonio de los boliches porteños el psiquiatra fue contundente: “Esto podría pasar en Rosario, en cualquier momento ... en una fiesta, en un after, o la salida de la cancha. Si se hiciese un control en determinados sitios se sorprenderían de lo que se consume en algunos lugares”.
De Vega, director de la Asociación de Voluntarios para el Cambio del Drogadependiente (AVCD) y profesor en la Universidad Nacional de Rosario, señaló que las llamadas drogas de diseño vinieron hace años al país para quedarse y que la producción apunta, justamente, a modificar las estructuras de estas pastillas de manera habitual para ir poniendo de moda, a veces cada quince días, una diferente. “Cuando más saben sobre el funcionamiento de los receptores del sistema nervioso central más lo usan para que estas drogas produzcan determinados efectos. Lo que se busca es que la estimulación dure muchas horas y que ayuden a la socialización. Este tipo de pastillas no suelen generar adicción en el sentido de que nadie puede tomarlas todos los días porque no se puede vivir todo el tiempo para adelante, pum para arriba. Por eso su consumo se ve mucho más los fines de semana y en las fiestas donde hay que bancarse largas horas de baile o de estar alertas, a toda marcha”.
Además del daño que pueden producir en una sola toma (“si, pueden dar convulsiones y llevar hasta la muerte a alguien que ingiere varias pastillas por primera vez”), De Vega afirma que “no es raro que estén contaminadas o vencidas, lo que genera efectos aún más graves”. Además, mencionó, “en realidad, nadie sabe muy bien qué tienen adentro cada una de ellas”.
Una novedad, dice el médico, es que “estos comprimidos psicodélicos antes se tomaban casi exclusivamente con agua, pero ahora vemos que los chicos y las chicas los consumen con alcohol, multiplicando su efecto”. “En general quien las toma cuando regresa del boliche o de la salida del fin de semana duerme muchísimas horas pero después se levanta y el lunes va al trabajo o a la facultad como si nada”, precisó. Y agregó: “Aunque es posible que haya gente que sólo las consume de vez en cuando, la mayoría combina estas pastillas con alcohol, cocaína y marihuana. El policonsumo es lo habitual hoy, podemos ver sus efectos en cualquier servicio de emergencia de Rosario y zona”.
“Creo que los padres, y la sociedad en general —incluyo a algunos médicos— se quedaron con el perfil del consumidor de drogas del siglo XX. Señalan al adicto, o advierten que un joven usa drogas cuando tiene piercing, está tatuado o es un vago, ¡y nada más alejado de la realidad! Para actuar a tiempo, para prevenir, para interceder antes de que se llegue a la tragedia hay que empezar por no negar”, expresó.
Según un estudio del que participó AVCD a pedido de empresas de la región “el 40% de la población laboralmente más activa (entre los 20 y los 40 años) consume alguna droga legal o ilegal”. Ese mismo trabajo arrojó como resultado que el alcohol y la marihuana son los que más se consumen, “pero cuando hay plata también se accede a la cocaína”.