Un adolescente de 16 años murió como consecuencia del estado crítico en el que se encontraba tras un intento de suicidio que protagonizó cuatro semanas atrás en su casa del barrio El Palenque, en Paraná, hecho que los padres relacionaron con el llamado "Juego de la Ballena Azul".
La muerte de Fausto Palavecino fue anunciada por uno de sus hermanos a través de la red social Facebook.
"Gracias a todos por el apoyo incondicional, pero mi hermano se nos fue", indicó el mensaje del hermano del joven que fue encontrado con signos de ahorcamiento en su casa de El Palenque el 31 de mayo pasado.
El chico se encontraba internado en el Hospital San Martín, de Paraná, con una "lesión cerebral" y asistido mediante un respirador artificial.
Según la información difundida por la prensa local, familiares habían hallado evidencias del contacto del chico con el juego "La Ballena Azul", una práctica que afecta a niños y adolescentes de todo el mundo con la difusión, a través de redes sociales, de consignas que los llevarían al suicidio.
No obstante, una investigación del Consejo General de Educación (CGE) provincial no halló rastros de vínculos con el macabro juego.
"El padre de este alumno habla del juego de la Ballena Azul que habría desatado el intento de suicidio del alumno. Pero a nosotros no nos consta que haya sido así. Pero está la denuncia del papá.
El rector hizo una investigación en todos los celulares de los alumnos, para ver si otros chicos están implicados, pero hasta ahora no han encontrado nada", había expresado.
No obstante, el caso era investigado en la misma línea, en torno al perverso juego, por el fiscal Álvaro Piérola.
El padre de Fausto, llamado Adrián, había pedido a los papás y las mamás que controlen a sus hijos en las redes sociales y denuncien en la justicia para que "esto no siga pasando, ya que hay jóvenes corriendo riesgo por este juego".
Al relatar el hecho, el hombre contó que el adolescente "le había solicitado unos auriculares a su mamá, se los devolvió porque no andaban, y se fue a acostar".
Después, su madre, "al escuchar ruidos y sentir como que había gente que hablaba en la casa, se levanta y lo escucha en esa situación".
El menor fue llevado en primer lugar al Hospital Cerrito y luego al San Martín, de Paraná, donde falleció tras una agonía que se prolongó por varios días.