Chocolate, el cachorrito de tres meses que fue despellejado en le cuello y la cabeza, y tirado en una calle la ciudad cordobesa de San Francisco, murió ayer a raíz de las heridas recibidas. Se recuperaba en una organización defensora de animales que lo rescató del abandono.
El animal estaba en una casa abandonada del barrio La Milka, en San Francisco (distante 206 kilómetros el este de la capital), cuando fue encontrado por una mujer que lo llevó a la veterinaria. Quedó enseguida con pronóstico reservado y bajo un extremo cuidado.
"Ver esos ojitos de sufrimiento lo dicen todo. No podemos permitir más estos hechos como sociedad. El maltrato animal predispone a la violencia social y viceversa. Los jueces deben comenzar a dictar condenas ejemplificadoras!", había dicho la directora de la fundación Bio Animalis, que se encargó de darle difusión al caso la semana.
La Fundación pidió información sobre el caso en su página de Facebook, y además inició una petición en Change para detener el abandono y maltrato de animales. También ofrece una 20 mil pesos la recompensa para quien aporte datos que permitan identificar al agresor del cachorro.
"Dicha recompensa se ofrece para la primera persona que aporte dichos datos y tendrá vigencia por el plazo de diez días a partir del 10 de enero de 2017", aclaró la ONG en un post en su muro de Facebook, en el que precisó que la oferta tiene una vigencia de 10 días a partir de ayer.
Ayer también se realizó una marcha en el centro cívico de San Francisco.
La directora de la Sociedad Protectora de Animales San Francisco, Mariana Ghigo, explicó la fatal odisea del cachorro.
Dijo que la madre de Chocolate, una perra de la calle, fue encontrada y adoptada por una familia del barrio La Milka.
La perra estaba preñada y tuvo muchos cachorros. Mientras le buscaban quienes los adoptaran, siguieron alimentándolos. Los perros vivían en una casa abandonada cerca de la familia. Una noche, cuando fueron a darles de comer, no encontraron a Chocolate. Finalmente lo hallaron tirado en una habitación de la casa, solo, y evidenciando tremendas heridas.
La familia que resguardaba a los perritos y la madre llevaron a Chocolate a la casa de una voluntaria de la Sociedad Protectora,que lo trasladó a una veterinaria, donde trataron de salvarlo.
Ahora, avanza en la Justicia.