El primer día de clases las redes sociales, especialmente Facebook, explotaron con millones de fotos de nenas y nenes con sus guardapolvos o uniformes. Las mamás, que suelen ser mucho más promotoras de estas acciones que los hombres, comentaban felices cuánto creció su hijo, a qué grado pasó, con qué compañeritos le toca este año. Pocas, o ninguna, reflexionaron sobre las consecuencias que puede acarrear la publicación de fotos de menores en internet, ya sean sus propios hijos, los primos o los amigos.
"Los adultos no tenemos conciencia de lo que puede pasar”, señaló María Zysman, directora del grupo Libres de Bullying, organización con sede en Buenos Aires. “Pocos se dan cuenta de que la foto de su hijo se puede descargar en cualquier computadora y que hay quienes están dispuestos a darle otros usos, inclusive hasta pueden editarla con fotoshop y luego utilizarla para agredirlos”, destacó la autora del libro “Bullying, cómo prevenir e intervenir en situaciones de acoso escolar”.
“Más allá de la felicidad que nos ver a los chicos en su primer día de clases, por ejemplo, tenemos que considerar o preguntarnos al menos si no estamos dando demasiados datos personales de nuestros niños: a qué colegio van, los nombres de sus compañeros, etcétera. Siempre hay que tener en cuenta que los datos que ofrecemos están circulando a nivel masivo”, recalcó.
El tema comienza a preocupar a nivel educativo. Este año, algunas escuelas de Rosario enviaron fichas en las que se pide que los papás autoricen o desautoricen la publicación de fotos de sus hijos en los blogs del colegio o en Facebook. Lo mismo con las filmaciones.
Es que más allá de que a nivel familiar se decida si se desea o no mostrar a los chicos en forma pública en sus actividades, hay que considerar que la tecnología permite hoy “extraer” fotos de las redes sociales y descargarlas, guardarlas y volverlas a publicar mucho tiempo después. Esto lo puede hacer cualquiera que acceda a un perfil de Facebook.
De allí que los especialistas hablen de la “huella digital” que deja cada publicación: aunque esté la opción de “eliminar” la foto o el video puede haber sido ya almacenado por otra persona que navegó por las redes.
De allí la necesidad imperiosa de que se conozcan las reglas de juego que ofrece el mundo virtual donde una de las principales condiciones es “compartir” y “publicar” todo.
Una vez conocidas estas reglas también es necesario saber que cada uno puede configurar sus propias normas de privacidad, algo que no todos los adultos conocen. O saben que existe pero no lo aplican.
“Los padres desconocen las posibilidades de privacidad que por ejemplo ofrece Facebook y muchas veces es porque no se toman el tiempo de leerlas con paciencia”, dijo Pilar Tulián, especialista en el uso de las redes sociales.
"Por ejemplo, Facebook te permite que las fotos que subís las veas sólo vos, las personas que vos elijas que querés que las vean (algunos familiares o amigos), todos los amigos, los amigos de tus amigos o hasta el mundo entero, pero que quede claro que depende de lo que cada uno quiere hacer con esa foto”, continuó Tulián.
“Quien accede a tu muro tiene la posibilidad de compartir esa información, pegarla en su propio muro, en otra red social o descargarla y guardarla en su máquina o teléfono”, enfatizó Tulián.
En su política de privacidad, Facebook señala que “la información pública está disponible para cualquier persona, tanto dentro de nuestros servicios como fuera de ellos, y se puede ver o acceder a ella a través de motores de búsqueda en internet, API y medios sin conexión, como la televisión”.
“Antes de publicar una foto de un menor, en cualquier medio, ya sea impreso o bien en internet, resulta necesario contar con la autorización de los padres a fin de evitar reclamos o problemas mayores”, subrayó el abogado Nicolás Mayoraz, quien agregó que “con una carta documento, por ejemplo, se obligó hace poco a una entidad a bajar un video donde había menores cuyos padres no habían consentido en la publicación”.
María Eugenia Correa Uriburu, directora de la Fundación Camino, que colabora con niños en situación de vulnerabilidad, comentó que “antes de publicar cualquier foto donde aparezca un menor comprobamos que tenga autorización firmada por algún adulto responsable, esto corre tanto para Facebook como para un boletín impreso”. Esto es clave, tanto cuando se publican fotos de un hijo con otros chicos o un grupo de amigos a la salida de la escuela, en el patio de casa o en un cumpleaños.
“Tenemos que reflexionar sobre qué conducta queremos tener ante la exposición pública de nuestros hijos y ser conscientes de qué buscamos cuando lo hacemos. Es verdad que es divertido, fácil, que permite comunicar, pero hacerlo no significa que no haya límites”, subrayó Zysman.
Menores en Facebook. El año pasado, el director comercial de Facebook para el Cono Sur, Alejandro Zuzenberg, aconsejó claramente no abrir una cuenta de Facebook a menores de 13 años y señaló que la red social no permite cuentas a esos grupos, lo que sucede es que muchos mienten a la hora de informar la edad.
De hecho, cuando un adulto abre una cuenta a un chico menor de 13 años ya le está mostrando que se puede mentir. Toda una señal. “Tendrá que explicarle que así como él mintió para abrir la cuenta también hay otros que pueden mentir, en tantos otros aspectos, a través de la red social”, apuntó Zysman.
Asimismo, mencionó que “podemos saber poco de tecnología, pero si sabemos o intentamos como padres enseñarles a nuestros hijos a cuidarse en la vida, en las redes hay que seguir haciéndolo. La vida real no es distinta en ese aspecto a la vida virtual. Debemos explicarles cómo tratar a los demás, que no pueden hablar con extraños como sucede en la vía pública, ni agredir a otros. De ese rol no podemos desprendernos”, concluyó la especialista porteña.
Consejos para chicos:
1.- Cualquier persona en cualquier lugar del mundo puede ver lo que escribiste, puede ver tus fotos, guardarlas, modificarlas y utilizarlas para lo que quiera. Entonces, cuidate.
2.- Lo que decís y publicás puede tener un efecto mayor del que pensabas.
3.- Tratá a los demás como te gustaría que te traten a vos. Evitá la difamación, la calumnia y la mentira.
4.- No publiques nunca información personal, sobre todo cualquier dato que pueda dar pistas sobre dónde vivís o qué lugares frecuentás.
5.- Recordá que el “amigo de un amigo” podría no ser tu amigo.
6.- No contestes los mensajes de personas desconocidas.
7.- Informá a un adulto de cualquier cosa rara o molesta que veas.
Fuente: libresdebullying.wordpress.com