"El mensaje que le doy a la gente es que encuentre a Dios". La dueña de esta palabras es Leda Bergonzi, la mujer a la que se le atribuyen poderes sanadores, cuyo fenómeno popular es cada vez más grande. Este martes convocó a una multitud en Pichincha. Pero ya dejó su huella en distintos templos religiosos de la ciudad. Y cada vez son más las personas que acuden en busca de sus bendiciones.
Tal es el magnetismo que genera Leda que su convocatoria ya excede largamente los límites de la ciudad. La muestra está en que llegan colectivos desde ciudades como Córdoba y Buenos Aires cada vez que anuncia que dará sus características bendiciones cantadas.
"Yo no me puedo definir. Creo que es Jesús el que nos enseña a salir a amar. Es el fruto del paso que dio por esta comunidad. El mensaje que le doy a la gente es que encuentre a Dios", expresó Leda en un contacto con los medios que se congregaron ante la multitud que se dio cita para recibir su bendición.
A la hora de referirse al poder de sanar, sumó: “Eso no es importante. Lo importante es que cuando uno tiene un encuentro personal con Dios va resolviendo todas las incógnitas”.
También hizo hincapié en las situaciones que se viven cada vez que da las bendiciones. "Todo esto me impulsa a seguir adelante. Me demuestra que todo es posible", enfatizó para expresar cómo vive cada experiencia.
En Leda todos sus fieles depositan esperanzas respecto de las distintas realidades que enfrentan. Por eso ella se encargó de sembrar un manto de claridad sobre su rol. En ese sentido, marcó: "La gente tiene que saber que yo no voy a poder solucionarlo. Pero si sé a dónde voy, y quién me acompaña en todo esto. Entiendo que Dios es el camino y el que cambia la historia del hombre. Esto es lo que yo transmito".
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También contó cuándo comenzó a transitar el camino de la revelación y cómo toma las repercusiones de sus bendiciones. "Empecé hace 8 años. Un día que estaba rezando", aseveró, e inmediatamente aclaró: "Yo vivo el día a día. Tengo una vida normal. No vivo de esto. Tenga a mis hijos y la escuela, el trabajo. Por el momento, la gente no me reconoce tanto. Estoy viviendo en un lugar alejado de Rosario. Esto me llevó a tener una vida mas tranquila".
"El principal mensaje es que Jesús está vivo, que hay que disponerse para recibir esta sanación. Cuando yo descubrí realmente que Dios estaba, descubrí un Dios inmensamente grande", agregó.
Por último, expresó: "Diría que le den una posibilidad a Dios. A veces luchamos por resolver nuestros problemas y eso nos trae traumas. Cuando uno no dé más, que le pida a Dios que tome el control de su vida".