El Papa Francisco reconoció ayer sentir "dolor y vergüenza" por el grave y doloroso mal que causaron los abusos sexuales de los que están acusados sacerdotes chilenos y por el "daño irreparable causado a los niños"
El Papa Francisco reconoció ayer sentir "dolor y vergüenza" por el grave y doloroso mal que causaron los abusos sexuales de los que están acusados sacerdotes chilenos y por el "daño irreparable causado a los niños"
En su primer discurso ante autoridades políticas del país, entre ellas la presidenta Michelle Bachelet y el mandatario electo Sebastián Piñera, Francisco manifestó su "dolor y vergüenza" por los abusos.
"Me quiero unir a mis hermanos en el Episcopado, ya que es justo pedir perdón y apoyar con todas las fuerzas a las víctimas, al mismo tiempo que hemos de empeñarnos para que no se vuelva a repetir", reforzó el Pontífice, aplaudido por los 700 presentes, al condenar los abusos.
Las palabras del Pontífice fueron destacadas por los medios y el propio Piñera, que puso de relieve el "valiente reconocimiento" de Bergoglio.
"A nivel Iglesia queda una tremenda tarea de recoger el guante que nos deja el Papa, y no sólo en el tema abusos, sino también en cómo estamos construyendo el futuro", dijo el coordinador general de la visita del Papa a Chile, Javier Peralta.
Empero, algunas de las víctimas de los religiosos describieron en redes sociales las palabras de Francisco como "otro titular barato" y pidieron "más acciones".
También generó críticas la presencia de un obispo de la diócesis de Osorno --Juan Barros, acusado de encubrir una serie de abusos a menores-- en la misa que celebró el Papa ante 400.000 personas en el Parque O'Higgins.
Barros fue discípulo del sacerdote chileno Fernando Karadima, de 87 años, que tuvo gran influencia en la iglesia de su país ya que formó medio centenar de curas, hasta que fue suspendido de por vida por un tribunal de la Santa Sede en 2011, tras develarse que abusó sexualmente de niños y jóvenes cuando era el titular de la parroquia El Bosque.
Barros fue designado en marzo de 2015 obispo de Osorno, donde hasta hoy es rechazado por un grupo de laicos que lo acusa de haber encubierto los abusos de Karadima y que se movilizó por todo Chile buscando ser recibidos por Bergoglio.
Barros estuvo luego en el encuentro del Papa con más de 50 obispos del país, en el que Bergoglio criticó el denominado "clericalismo", que describió como "la caricatura de la vocación recibida"
Más tarde, y en su encuentro con sacerdotes, seminaristas y consagrados, el Papa volvió a criticar el "doloroso mal" de los abusos.
"Conozco el dolor que han significado los casos de abusos ocurridos a menores de edad y sigo con atención cuanto hacen para superar ese grave y doloroso mal", dijo Francisco durante el mensaje en la Catedral.
"Dolor por el daño y sufrimiento de las víctimas y sus familias, que han visto traicionada la confianza que habían puesto en los ministros de la Iglesia", planteó en su mensaje en la catedral de la capital chilena, en su segunda intervención del día dedicada a mostrar su fuerte rechazo a los casos de abusos que han golpeado con fuerza la imagen de la Iglesia.
El otro eje de las palabras del Papa fue su pedido a las autoridades políticas chilenas para "escuchar" a los pueblos originarios que pueden ser "un aporte" para el país.
Indicó en este sentido que los pueblos originarios "son frecuentemente olvidados y cuyos derechos necesitan ser atendidos y su cultura cuidada, para que no se pierda parte de la identidad y riqueza de esta nación".
Misa
Francisco se dirigió en el papamóvil hasta el Parque O'Higgins, un amplio recinto ubicado en el suroeste de Santiago, donde miles de personas lo esperaban desde la madrugada para participar en la primera misa que ofició en Chile, celebrada "por la paz y la justicia".
Medios locales estimaron en unos 400.000 los fieles en el recinto. En su mensaje, manifestó que se debe sembrar la paz "a golpe de proximidad, de vecindad y de ir al encuentro de quien la está pasando mal".
Además, exclamó: "Bienaventurados los que se comprometen con la reconciliación!", y en otra parte de la homilía exhortó a "no adormecerse en un consumo tranquilizante".
Mientras Francisco oficiaba la liturgia, medio centenar de manifestantes contrarios a su visita intentó marchar hasta el parque, pero fueron dispersados por la policía que detuvo a una veintena de ellos.
En uno de los carteles que portaban se podía leer: "Papa: los pobres marchamos contra las migajas de esta democracia", y en otro decía: "No puede dar la paz un cómplice que ayuda y ampara a un violador".
Por otro lado, durante la madrugada del martes, tres iglesias fueron quemadas. Dos de ellas, en la localidad de Cunco, a 700 kilómetros de Santiago.
santiago. Francisco saluda desde el papamovil al arribar a la Catedral en la Plaza de Armas para encontrarse con obispos y sacerdotes chilenos.
Por Mariano D'Arrigo