Un proyecto del gobierno bonaerense propone que los comercios incorporen bolsas
biodegradables y así contribuir a reducir los niveles de contaminación del medio ambiente. Las
bolsas reutilizables de papel, red o plástico duro reemplazarían en dos años a las de nylon.
Las tradicionales bolsas de nylon dentro de las que la mayoría de los
supermercados entregan los productos adquiridos por sus clientes serán, gradualmente, reemplazadas
por otro tipo de envoltorio de material biodegradable.
Así lo plantea un anteproyecto de ley impulsado por el gobierno bonaerense, que
en los próximos días será presentado y tratado por la Legislatura provincial y que se propone,
junto con otra serie de medidas, contribuir a reducir los niveles de contaminación del medio
ambiente.
La iniciativa, sobre la que trabajan técnicos del Organismo Provincial para el
Desarrollo Sostenible (OPDS), prevé establecer un plazo para que los comercios -desde almacenes
hasta hipermercados- incorporen bolsas biodegradables. Se trata, en definitiva, de poner en marcha
un programa de sustitución de bolsas y/o contenedores no biodegradables que, según estimaciones
oficiales, podría demandar unos dos años.
Técnicamente se pretende eliminar aquellos elementos no biodegradables de
polietileno, polipropileno y otros polímeros artificiales, utilizados como método de
embalaje.
Si bien no se plantea una prohibición explícita, el espíritu de la normativa es
apelar a una actitud responsable tanto de comerciantes como de clientes para elegir material
fácilmente biodegradable para sus envoltorios.
Según los expertos, una bolsa de nylon común demora en descomponerse cerca de
100 años, dependiendo de la exposición a la luz ultravioleta y otros factores.
Las bolsas de plástico, como elemento de uso cotidiano para transportar pequeñas
cantidades de mercancías, fueron introducidas en la década del 70 y rápidamente ganaron
popularidad, especialmente a través de su entrega en supermercados y tiendas. Asimismo, las bolsas
de nylon constituyen una de las formas más comunes de acondicionamiento de la basura
doméstica.
La iniciativa busca alentar a aquellos comerciantes a que sustituyan el uso de
embalajes o bolsas entregados con posterioridad a la venta, ya sean de polietileno, polipropileno y
aquellos polímeros artificiales no biodegradables, por otras de materiales fácilmente degradables,
a través de regímenes de promoción o incentivos, como líneas de créditos, subsidios, asistencia
técnica, promoción o cualquier otra medida o acción que signifique un estímulo concreto para tal
fin.
El plástico del que están hechas las bolsas es el componente de la basura que
más aumentó en los últimos 35 años. En 1972, no representaba un porcentaje significativo (menos del
1 por ciento). En cambio, para 2006, un 13,75% de los residuos eran plásticos y la mayor parte
correspondió a bolsas de polietileno, según datos de un estudio del Instituto de Ingeniería
Sanitaria de la UBA y la Coordinación Ecológica Metropolitana Sociedad del Estado (Ceamse).