El Papa Francisco acudió este martes en un centro sanitario de Roma para someterse a controles médicos. Se encuentra en el Centro de Medicina del Envejecimiento (Cemi) del Policlínico Gemelli, donde estuvo dos veces ingresado, la última a finales de marzo.
Se desconoce si era una visita programada, aunque el Pontífice, de 86 años, no tenía nada previsto en su agenda para hoy.
El pasado 26 de mayo el papa tuvo que anular su agenda por tener fiebre, pero el día siguiente reapareció en forma y continuó con sus actividades. Francisco fue internado tres noches a finales de marzo en el hospital Gemelli de Roma por “una pulmonía aguda”, según explicó él durante el vuelo de regreso de su viaje a Hungría.
“Lo que he tenido es que me sentí mal después de la audiencia, no quise comer y me fui a dormir, pero no perdí el sentido, sólo tenía fiebre alta”, comentó al ser consultado por los motivos de su hospitalización.
Esa fue la segunda vez que Francisco fue ingresado en el Gemelli. La primera tuvo lugar el 4 de julio de 2021, cuando fue operado del colon y quedó hospitalizado durante diez días y tuvo una lenta recuperación.
Desde entonces, el Papa también ha padecido un problema en su rodilla derecha que le obliga a andar con bastón o con silla de ruedas, pero ha asegurado en varias ocasión que no se quiere operar.
Francisco se vio obligado a tomarse un día libre a fines del mes pasado debido a una fiebre que el secretario de Estado del Vaticano atribuyó al cansancio.
El chequeo de este martes fue planeado, dijo el periódico Repubblica, citando una fuente del Vaticano.
Cuando Francisco fue hospitalizado a fines de marzo, el Vaticano dijo inicialmente en una declaración de una línea que había ido al Gemelli para controles de salud que estaban programados previamente. Más tarde se supo que lo habían llevado de urgencia después de sufrir dificultades respiratorias.
Le diagnosticaron bronquitis y permaneció en el hospital durante tres noches, antes de regresar al Vaticano para presidir los servicios de Pascua. Cuando se le preguntó cómo se sentía, bromeó con una gran sonrisa: “¡Todavía estoy vivo!”.
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Francisco, quien ha sido el líder de los 1.300 millones de católicos del mundo durante una década, ha sufrido problemas de salud cada vez mayores durante el último año. Tiene dolor persistente en la rodilla derecha y ciática, y su hospitalización por bronquitis suscitó una preocupación generalizada.
También alimentó las especulaciones sobre su futuro. El predecesor de Francisco, Benedicto XVI, que murió el pasado diciembre, renunció por problemas de salud en 2013.