El Papa Francisco cumplió un paso histórico al modificar el catecismo de la Iglesia católica para declarar "inadmisible" la pena de muerte e incluir un compromiso a luchar contra ella en todo el mundo.
El Papa Francisco cumplió un paso histórico al modificar el catecismo de la Iglesia católica para declarar "inadmisible" la pena de muerte e incluir un compromiso a luchar contra ella en todo el mundo.
"La Iglesia enseña, a la luz del Evangelio, que la pena de muerte es inadmisible, porque atenta contra la inviolabilidad y la dignidad de la persona, y se compromete con determinación a su abolición en todo el mundo", dispuso el Papa en una audiencia concedida al prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
Se trata de una paso muy importante para la historia de la Iglesia al eliminar la legitimación de la pena de muerte con la modificación del artículo 2.267 del catecismo, el libro que contiene la explicación de la doctrina de la Iglesia y con el que millones de niños aprenden en las parroquias. La edición vigente es de 1997.
Este es el texto actual del artículo 2.267 del catecismo aún vigente sobre la pena de muerte: "La enseñanza tradicional de la Iglesia no excluye, supuesta la plena comprobación de la identidad y de la responsabilidad del culpable, el recurso a la pena de muerte, si esta fuera el único camino posible para defender eficazmente del agresor injusto las vidas humanas". En el nuevo texto, se explica que "durante mucho tiempo el recurso a la pena de muerte por parte de la autoridad legítima, después de un debido proceso, fue considerado una respuesta apropiada a la gravedad de algunos delitos y un medio admisible, aunque extremo, para la tutela del bien común". Sin embargo, reconoce que "hoy está cada vez más viva la conciencia de que la dignidad de la persona no se pierde ni siquiera después de haber cometido crímenes muy graves". "Además se han implementado sistemas de detención más eficaces, que garantizan la necesaria defensa de los ciudadanos, pero que, al mismo tiempo, no le quitan al reo la posibilidad de redimirse definitivamente", subraya el nuevo catecismo. "Por lo tanto, la Iglesia enseña, a la luz del Evangelio, que la pena de muerte es inadmisible porque atenta contra la inviolabilidad y la dignidad de las personas, y se empeña con determinación por su abolición en todo el mundo", concluye el nuevo artículo 2.267 del catecismo.
El texto oficial entrará en vigor como prevén las normas tras la publicación por el diario oficial LOsservatore Romano y en las "Acta Apostolicae Sedis". La modificación será explicada a través de una carta a todos los obispos escrita por el cardenal español Luis F. Ladaria, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
"Con esta decisión del Papa Francisco todos los católicos nos convertirnos en constructores de un mundo sin pena de muerte", declaró satisfecha la comunidad católica de San Egidio, entre los promotores de la campaña mundial contra la abolición de la pena capital.
La decisión del Papa argentino llega tras décadas de batalla de varios pontífices contra la pena de capital, comenzando por Pablo VI a mediados del siglo XX. Sin embargo, el texto citado se mantuvo hasta ahora, algo que implicaba una contradicción estridente. Basado en el principio de que la condena a muerte es una ofensa a la vida, el Juan Pablo II hizo un fuerte llamado a favor de la abolición en Estados Unidos en 1999, país donde aún es vigente, tras tildarla de "cruel e inútil". Fue justamente Juan Pablo II, quien a través de un "motu proprio", una ley papal, emanada en febrero del 2001, decidió suprimirla de forma definitiva como ley vaticana. Pero se mantenía en el catecismo.
Francisco pidió a inicios del 2016 a los gobernantes que aún aplican la pena de muerte suspender las ejecuciones durante ese año "por respeto al Jubileo Santo de la Misericordia". La mayoría de los países predominantemente católicos han abolido o suspendido las ejecuciones y en muchas ocasiones el Vaticano y el Papa han intercedido para que Estados Unidos suspenda ejecuciones. Este es el único país occidental que mantiene la pena de muerte, y aún así han disminuido sustancialmente respecto de los años 70.
Francisco, en su discurso ante el Congreso de Estados Unidos en septiembre de 2015, ha abogado por la abolición de la pena de muerte.
Según datos de Amnistía Internacional en 2017 se registraron 993 ejecuciones en 23 países, con una reducción del 4 por ciento respecto a 2016. La mayoría tuvieron lugar en China, Irán, Arabia Saudita, Irak y Pakistán. Para 2017, 142 países habían abolido la pena capital. Estados Unidos sigue siendo el único país de América que realizó ejecuciones ese año, 23, y dictó 41 condenas a muerte. Recientemente Japón realizó una serie de 13 ejecuciones de integrantes de la secta criminal Aum, autores de un ataque con gas sarín en el metro de Tokio en 1995.