Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte. Uno de cada tres decesos en el mundo son resultado de problemas del corazón, aún cuando la mayoría de estas dolencias son prevenibles. La Argentina no escapa a esa realidad. Incluso en los últimos años los cardiólogos asisten todas las semanas a personas de menos de 40 años, especialmente hombres, con infartos que pueden llevarlos a la muerte.
"Es mucho más común de lo que se cree", dijo a La Capital el cardiólogo Pedro Zangroniz, jefe del servicio de Hemodinamia del Hospital Centenario.
"La edad de presentación de estos eventos viene bajando. Es raro verlos en personas de menos de 30, pero entre los 30 y 40 años es bastante habitual", dijo el médico. La muerte del ex basquetbolista Juan Pablo Sánchez, de 37 años, quien llegó antes de ayer a un centro médico de Mar del Plata con vómitos y falleció antes de poder ser atendido, conmovió al mundo del deporte y puso una vez más el tema en agenda: es imprescindible hacerse un chequeo cardiológico una vez al año y no demorar la llamada a un servicio de emergencia si se presenta dolor en el pecho o la espalda que no cede, dificultad respiratoria, mareos e incluso náuseas y vómitos, que pueden ser también un síntoma de infarto en curso. Si la persona recibe la atención adecuada en forma rápida las chances de recuperarse son altas.
"Con los ex deportistas, además, se da una situación curiosa: la gente cree que porque hicieron deporte durante años están a salvo, y la realidad es que muchos dejaron la actividad física hace un montón y quizá su situación de salud general no es la mejor", reflexionó el médico. Tener hábitos saludables: alimentarse adecuadamente, controlar el peso, hacer actividad física regular, no fumar ni consumir drogas ilegales, son los grandes pilares para evitar problemas serios en el corazón.
El infarto en hombres y mujeres
El infarto, que puede provocar finalmente un paro cardíaco (entre el 5 y 20% de los infartados hace una arritmia que lo lleva a un paro), suele darse antes de los 40 años casi exclusivamente en varones. Es muy infrecuente en mujeres porque a esa edad todavía cuentan con una protección hormonal, que pierden luego de la menopausia.
La muerte súbita por paro cardíaco también puede provocarse por otros problemas del corazón (a veces congénitos no detectados) y en esos casos no hay aviso. "Son esas situaciones que repercuten en los medios de comunicación y que asustan mucho: el deportista que muere repentinamente en la cancha, el runner que fallece en el medio de una maratón, pero más allá del enorme impacto que tienen en la población, son casos raros. Lo que no es tan raro es el infarto en hombres sub 40. Generalmente se trata de personas sedentarias que suelen jugar el partidito el fin de semana pero que están excedidos de peso, quizá tienen diabetes, hipertensión o colesterol elevado y ni lo saben, y encima hace años que no se hacen un control médico adecuado con electro, ecodoppler y una ergometría", comentó Zangroniz, quien puntualizó que los antecedentes familiares son un dato muy importante a tener en cuenta: "Todos deben controlarse pero mucho más los que tiene padres, abuelos, hermanos que han sufrido un infarto". El médico alentó a la población asistir a los centros médicos a hacerse una evaluación, aún en pandemia: "La situación epidemiológica actual no es excusa para postergar los chequeos porque en las instituciones se cumplen con los protocolos y un control a tiempo te puede salvar la vida".
Tras el susto, la consulta
El cardiólogo dijo que los hombres jóvenes que se acercan al consultorio del cardiólogo para evaluar su corazón "son poquísimos" y "siempre sucede después de que un amigo o familiar terminó internado o murió por un problema cardiovascular: no hay un hábito en esto de hacerse chequeos".
Los deportistas tampoco cumplen con los exámenes recomendados. "Ni en los lugares donde se juegan torneos de fútbol amateur, ni en gimnasios y otros espacios donde se hace actividad física se exigen controles médicos, y en los casos en los que se piden, no siempre son los chequeos adecuados. Los controles son malos". En la mayoría de estos lugares no hay desfibriladores.
El médico dijo que en Rosario tanto en la salud privada como en la pública están disponibles todas las herramientas y recursos para cumplir con los chequeos cardiológicos anuales.