Las divergencias entre países ricos y pobres amenazan el éxito de Copenhague La posibilidad de
que la cumbre sobre el clima acabe con un estrepitoso fracaso debido a las enormes divergencias
entre países industrializados y en vías de desarrollo se expresó ayer en Copenhague, a sólo cinco
días del fin de la reunión.
Los países africanos, respaldados por las otras naciones en vías de desarrollo incluida China,
bloquearon durante varias horas la negociación porque consideran que los países ricos están
desentendiéndose del Protocolo de Kioto.
El único instrumento internacional actualmente existente para luchar contra el calentamiento
global, Kioto, impone obligaciones a los países industrializados al tiempo que protege a los países
en desarrollo. Tras recibir garantías de que parte de la negociación se dedicaría a Kioto, los
países africanos volvieron a la sesión.
“Africa ha dado la señal de alerta para evitar que el tren se estrelle al final de esta
semana”, afirmó Jeremy Hobbs, de la organización Oxfam. Por su parte, China rechazó toda
responsabilidad si la cumbre termina con un fracaso.
“Sé que algunos dirán que es culpa de China si no hay acuerdo. Es una trampa de los países
desarrollados. Que asuman sus propias posiciones sin utilizar a China como pretexto”, afirmó
el viceministro del Exterior, He Yafei.
La primera fase de objetivos del Protocolo de Kioto expirará a finales de 2012 y la cumbre de
Copenhague tiene como misión intensificar la acción para después de esa fecha.
Los países en desarrollo defienden el mantenimiento de este tratado, con una segunda fase de
compromisos a partir de enero de 2013, pero algunos países ricos prefieren elaborar un acuerdo
totalmente nuevo, con bases diferentes.
Estados Unidos, que nunca ratificó Kioto, considera que el protocolo es injusto porque no impone
obligaciones a las grandes potencias en desarrollo, como China, India y Brasil, responsables de una
gran parte de las emisiones.
Cerca de 120 jefes de Estado y de Gobierno, entre ellos el estadounidense Barack Obama,
participarán en la reunión el jueves y el viernes.
Más de 1.200 detenidos. En manifestaciones en el centro de la capital danesa fueron detenidos
unos 1.200 activistas, del total de tres mil que reclamaban justicia ambiental.
En sólo dos días la policía realizó 1.243 arrestos, que se concretaron en grandes jaulas
especialmente dispuestas.
En Dinamarca no se conocen acciones policiales de esta envergadura, por lo que la asociación
danesa de abogados opinó que las medidas “preventivas” y las detenciones ponen en
peligro la seguridad legal.
Los militantes ambientalistas consideran que las negociaciones son ineficaces y reclaman medidas
más radicales. Además, llamaron a la “desobediencia civil para hacer oír la voz del
pueblo” a los jefes de Estado, que llegarán a la reunión pasado mañana. Anunciaron que
planean perturbar la sesión plenaria de la cumbre y actuar de forma pacífica.
(Télam, Reuters y AP)