En la madrugada de ayer, un operativo ordenado por el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, levantó los puestos de venta de mercaderías que no estaban habilitados en la zona de la estación de Retiro para emprender un plan de obras; oportunidad en la que desalojaron a los manteros que se ubican en esa zona.
Los trabajos de reordenamiento tendrán como objetivo recuperar los espacios y mantener el entorno “para que sea más seguro”, de acuerdo con un comunicado oficial.
En total van a ser intervenidos 4.500 metros cuadrados de veredas, donde ya se colocó un vallado perimetral, y las paradas del centro de trasbordo con instalación eléctrica y puesta a punto de mobiliario. Fue dentro de estos perímetros que fueron retirados los puestos de los manteros.
Las tareas que se realizarán en el lugar durante los próximos días afectarán la circulación de los pasajeros, por lo que se trasladarán 7 paradas de las líneas de colectivo 28, 70, 75, 92, 100, 101 y 150 así como las de taxis.
El magaoperativo, que involucró a personal de los ministerios de Seguridad, Espacio Público e Higiene Urbana y la Secretaría de Transporte y Obras Públicas, se realizó “sin incidentes”, según informó el Gobierno porteño.
En una nota a fines de noviembre, Clarín reflejó que los manteros y la venta ilegal en los alrededores de la estación habían crecido en 2022 a niveles prepandémicos. El entorno de Retiro, con caos de día y soledad de noche, transformaba cada viaje en un incordio.
La feria más nutrida estaba instalada fuera de la estación del Ferrocarril Belgrano Norte, con dos filas de puestos que se iban engrosando con el correr de la tarde y volvían imposible la circulación para quienes bajan del tren y quieren ir a la boca del subte. En la vereda de la estación del Ferrocarril San Martín la situación era la misma, aunque con menos puestos, y en la Terminal de ómnibus la feria es masiva pero de productos usados. Los propios voceros del Gobierno porteño habían admitido entonces que había cada más manteros: “Hay presencia y disuasión del Estado pero también una realidad: con un 40% de pobres y una inflación de tres dígitos, crece el trabajo informal”.