Fernando Falsetti, el canillita que había descubierto el algoritmo para crear números y códigos de seguridad de tarjetas de crédito y de débito y que había logrado estafar a una empresa satelital de TV, fue condenado a la pena de dos años y medio de prisión en suspenso al homologarse un acuerdo de juicio abreviado.
Falsetti, un técnico electrónico de 57 años, fue encontrado culpable del delito de defraudación reiterada mediante uso de datos de tarjetas de crédito y debido. La sentencia fue dispuesta por la jueza correccional de San Isidro María Emma Prada al homologar un acuerdo de juicio abreviado entre la defensa de Falsetti y el Ministerio Público Fiscal.
En el requerimiento de elevación a juicio, la fiscalía explicó la importancia del allanamiento hecho en la casa del ahora condenado, donde se secuestró “un cuaderno en donde existían anotaciones de las que surge liminarmente que Falsetti, a fuerza de papel y lápiz, es decir, de un modo full analógico, identificó la relación numérica y sus verificadores en las tarjetas de crédito/débito que emplean el mercado financiero para resguardar las credenciales que permiten efectuar una transacción comercial”. En otras palabras, Falsetti tiene una inteligencia privilegiada, que usó para medrar con el delito.
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Fernando Falsetti cuando fue detenido. Era canillita y tiene un título de técnico electrónico.
La investigación, dada a conocer el 20 de mayo del año pasado por el diario La Nación, comenzó tras una denuncia presentada por una empresa que presta el servicio de TV satelital, la que detectó una cuenta de un cliente que presentaba movimientos en los pagos de forma irregular. Las estafas, según el acuerdo de juicio abreviado, ocurrieron entre el 12 de mayo y 27 de septiembre de 2021.
Según la investigación fiscal, con los números de tarjetas que creaba con su algoritmo, el sospechoso compraba servicios prepagos de distintas empresas y después los revendía a otras personas. “El imputado Falsetti descubrió cómo las tarjetas de crédito usan un último número para verificar la integridad de los números que están a la izquierda. Ese último número de la secuencia es producido por el algoritmo creado por Hans Peter Luhn en 1954. Luego de ello, ya identificado un número de tarjeta de crédito válido, conociendo la estructura de la cadena numérica y calculando el último número de verificación, con solo ver unas tarjetas más pudo predecir números de cuentas que configuran los 16 dígitos que la componen”, explicó el fiscal Musso.
Según explica Iprofesional, lo que Falsetti hizo fue descubrir que hay una relación numérica en las tarjetas de crédito, algo que con una simple búsqueda en Google se habría ahorrado las 29 páginas de notas. También hubiera podido usar un generador de tarjetas de crédito libre de uso en Internet. Falsetti descubrió que los números como las tarjetas de crédito usan un último número para verificar la integridad de los números que están a la izquierda. Tanto las tarjetas de crédito, débito y números de Cuit, son números que al ser ingresados, repetidos telefónicamente o escritos, son susceptibles de errores. Es por eso que se agregó un dígito verificador. Ese último número de la secuencia es producido por el algoritmo creado por Hans Peter Luhn en 1954. Iprofesional da un ejemplo del mecanismo: el periodista usa una tarjeta de crédito de su propiedad ya vencida: 5323 - 8449 - 1587 - 7245. Se escribe la secuencia numérica completa, se multiplica por 2 las posiciones pares, y número por número se suma con las posiciones impares. El resultado de sumar todos los números uno por uno da 80 y se divide por 10. Si no existe “resto” de la división es porque el número está ok.
El Ministerio Público hizo referencia a las explicaciones que publicó este periodista, Julio López, en Iprofesional. “En relación con la detección de la fecha de vencimiento, es razonable suponer que Falsetti partió de una tarjeta válida inicial donde, como señala López, posiblemente sumó un número más al anteúltimo número y una vez que el código verificador le daba ok, sabía que la fecha de emisión posiblemente estaba dentro del mes de la tarjeta génesis original”. Finalmente, en cuanto a la determinación del código verificador, es razonable suponer que fue mediante lo que en tecnología se denomina ‘fuerza bruta, que no es más que la prueba y error de una secuencia completa de números hasta identificar el correcto. Eso funciona siempre que la plataforma comercial lo permita o se use un software que vulnere esta defensa.
Según la investigación, el “falsificador analógico” hizo 169 operaciones por 116.795,68 pesos con plásticos que había “fabricado” sin usar ninguna tecnología y sin hackear sistemas informáticos, solo con birome y papel.