Las mujeres ganan terreno en trabajos que, en el imaginario popular, están destinados a los hombres, como el de guardaparques, en los que cada año incrementan sus filas tras cumplir los mismos requisitos y pruebas que sus compañeros.
Las mujeres ganan terreno en trabajos que, en el imaginario popular, están destinados a los hombres, como el de guardaparques, en los que cada año incrementan sus filas tras cumplir los mismos requisitos y pruebas que sus compañeros.
Entre ellas se encuentran Natalia Paulucci y Betina González, recientemente recibidas de técnicas en el manejo de áreas naturales.
Junto a otras once compañeras, estas jóvenes veinteañeras están preparadas para ingresar en un mundo que supone fortaleza física y espiritual, y que no está exento de cierto grado de machismo.
"Quizás cuando vas a los parques a hacer prácticas podés encontrar algunos que tienen mentalidad de otras épocas y no las van a cambiar, pero en el curso no pasó nada por el estilo", se sinceró González.
Tanto una como otra tuvieron la posibilidad de demostrar que el género no tiene ninguna incidencia cuando de trabajar en la naturaleza se trata.
Ambas fueron voluntarias en algún momento de sus vidas: Paulucci en la Quebrada del Condorito, en su Córdoba natal, y González se desempeñó como brigadista de incendios en San Martín de los Andes.
"Una vez que entré en la brigada de incendios, me encontré un ámbito mucho más cerrado y donde la gran mayoría son hombres; había una chica que era chofer y yo que era brigadista y todos te recuerdan constantemente que sos mujer", contó.
En su familia no encontró esa presión, máxime cuando su hermana se desempeñaba como bombero voluntario en San Martín de los Andes, pero la experiencia de Natalia difiere en ese punto. "Mi familia me preguntaba por qué no me dedicaba a otra cosa", recordó.
Otro de los temas que no escapa a la reflexión es la posibilidad futura de formar una familia, y la forma de poder llevar adelante la crianza de los hijos en lugares que se encuentran aislados de las comunidades.
Cuestión de organizarse. "El futuro de pensar una familia con el asunto de traslados no lo veo como dificultad; hay que pensar en cómo se organiza uno la vida", dijo Paulucci.
Por su parte, González destacó la predisposición de la Administración de Parques Nacionales en cuanto a considerar la situación de las mujeres guardaparques y sus familias.
"Si una va a tener un hijo y está en un lugar muy retirado, buscan la posibilidad de que esté más cerca de un pueblo. Hay muchos que en los primeros años mandan a sus hijos a las escuelas rurales y no por eso salen con mala formación escolar", resaltó.
La promoción de Paulucci y González tuvo un 30 por ciento de mujeres, lo que demuestra el creciente interés de éstas en los trabajos de los Parques Nacionales.
Cientos de mujeres ya se desempeñan en las áreas naturales, del norte al sur del territorio, donde trabajan a la par de los hombres.
Por Claudio González