Un sacerdote que asiste a adolescentes con problemas de adicción a las drogas en
una parroquia de la localidad bonaerense de Gerli denunció ayer que recibió amenazas de muerte
similares a las que sufrió el cura de la parroquia Caacupé de la villa 21-24, José María Di Paola,
por advertir sobre el avance del narcotráfico.
La nueva denuncia fue difundida por Pablo Osow, encargado de la parroquia San
Pedro Armengol, en Gerli, quien señaló que ante el avance del problema de las drogas "el Estado no
interviene".
Osow relató que junto a otros sacerdotes de Gerli, en el sur del Gran Buenos
Aires, salen a la calles "a buscar pibes que se drogan para ofrecerles ayuda, ya que en la
parroquia tienen un tratamiento ambulatorio".
"Hace unos pocos días aparecieron un par de amenazas de muerte. Fueron muy
parecidas a las que recibió el padre Pepe", indicó Osow refiriéndose a las amenazas que fue víctima
Di Paola, a quien le dijeron que "iba a ser boleta".
Osow cuestionó que el "Estado no intervenga" para sacar de la droga a los
jóvenes y sostuvo que "la policía está en conocimiento sobre la cadena de producción, venta y
consumo de la droga".
El religioso recordó que "cuando tomamos contacto con la policía, el comisario
me dijo que no había iniciada en la comisaría ni una sola investigación sobre droga". "Eso es un
insulto a la inteligencia y una falta de respeto", aseveró.
Además, dijo que le "resulta escandaloso que la policía diga que no conoce dónde
se vende la droga".
El cura, junto a otros religiosos, escribió una carta pública en la que
expresan: "Hermano traficante, yo te daría una mano a vos también si en vez de amenazarnos te
dejaras ayudar".
Anteayer, el sacerdote Di Paola, quien vive y trabaja en la villa 21-24 del
barrio porteño de Barracas, confirmó que recibió una amenaza de muerte al ser interceptado la noche
del lunes por un desconocido que le advirtió en dos oportunidades: "Rajá de acá, vas a ser
boleta".
"Te la tienen jurada", le dijo la persona que le interrumpió el paso mientras
circulaba en bicicleta por las calles de ese asentamiento porteño. Di Paola vinculó el episodio al
reciente documento en el que los sacerdotes de la pastoral villera denunciaron que la droga "está
despenalizada de hecho" en las villas de emergencia de la ciudad de Buenos Aires. l (DyN)
Plan terapéutico
El sacerdote Pablo Osow contó que desde hace más de un año están trabajando en
Gerli con el plan Reintentar, en el que participa un grupo de profesionales, operadores
terapéuticos, psicólogos y asistentes sociales para
sacar a los chicos del circuito del consumo de droga.