Oslo.- El noruego William Hakvaag muestra actualmente en un pequeño museo sobre la Segunda Guerra Mundial en las islas Lofoten, y en medios internacionales, acuarelas que, según afirma, fueron pintadas por Adolf Hitler en 1940.
Oslo.- El noruego William Hakvaag muestra actualmente en un pequeño museo sobre la Segunda Guerra Mundial en las islas Lofoten, y en medios internacionales, acuarelas que, según afirma, fueron pintadas por Adolf Hitler en 1940.
Lo absurdo de esa idea no detiene al escandinavo, que incluso tiene claro por qué Hitler realizó esos dibujos: “Quería impresionar a su novia Eva Braun y decirle: Mira lo que también sé hacer”.
El año pasado, Hakvaag compró por 200 euros (unos 300 dólares) una acuarela en una subasta en Internet que mostraba un paisaje alpino y estaba firmada por “A.Hitler 40”.
Al cambiarle el marco, el noruego se topó con cuatro acuarelas ocultas: tres con dibujos basados en el clásico de dibujos animados de 1937 “Blancanieves y los siete enanitos”, todos firmados con las iniciales “A.H.”, y otro de Pinocchio.
El hecho de que Hitler poseía la película de Blancanieves y estaba entusiasmado con ella está probado, entre otras cosas, con apuntes en el diario del ministro de Propaganda Joseph Goebbels. Hakvaag asegura que eso lo averiguó tras el sorpresivo hallazgo en el marco del cuadro.
En su voz se percibe el mismo orgullo cuando relata que en su museo se pueden admirar uniformes originales de daneses que fueron voluntarios de las SS.
De todas maneras, la televisión noruega pidió la presencia del historiador especializado en arte Tommy Sorbo para acompañar la entrevista a Hakvaag. Y éste confirmó, en principio, que el papel utilizado es bastante antiguo y que las inciales podrían provenir de Hitler.
Las dudas de Sorbo se centran más bien en el hecho de que el líder nazi posiblemente tuviera otra cosa en la cabeza en 1940 que copiar personajes de dibujos animados.
Junto con Hakvaag, investigó temas como cuándo comenzaron los temblores en las manos de Hitler, que hubieran hecho imposible la realización de los dibujos. Pero ninguno de los dos llegó a alguna conclusión muy clara.
El descubrimiento del falsificador alemán Konrad Kujau, quien escribió unos falsos “Diarios de Hitler” a principios de los 80, no altera a William Hakvaag. “No, yo sabía desde el principio que aquello era falso”. En el caso de las acuarelas, en cambio, “todo encaja de alguna manera”. (DPA)