Abril es el Mes de la Tierra y el 22 de abril se celebra como el Día Internacional de la Tierra en particular, dos fechas cercanas que recuerdan que el compromiso de proteger el planeta debe ser continuo durante todo el año. El establecimiento de ambas fechas ha contribuido de manera decisiva a difundir los valores de la sostenibilidad ambiental.
La idea de celebrar un Día de la Tierra se originó en los Estados Unidos a principios de la década de 1960 cuando Rachel Carson, una activista ecologista de este entonces, publicó Silent Spring, el primer manifiesto de la ecología contribuyendo a la puesta en marcha de la moderna conciencia ambiental. En aquel ensayo, los campos de primavera se definieron como silenciosos debido a que el uso de pesticidas en la agricultura había ahuyentado a los insectos y las aves, silenciando las voces de la naturaleza.
Así, por tanto, se desarrolló un movimiento que celebró el Día de la Tierra el 21 de marzo, con motivo del equinoccio de primavera en el hemisferio norte, el punto de equilibrio entre la noche y el día. En 1969, el activista John McConnell propuso a la UNESCO incluir este aniversario en su calendario.
Por su parte, el gobierno de Estados Unidos también se movilizó y en 1970 estableció que las celebraciones oficiales del Día de la Tierra se llevarían a cabo un mes y un día después del equinoccio, o el 22 de abril.
Desde entonces, la importancia del Día de la Tierra ha crecido para transformar esta ocasión en una celebración global de la belleza del Planeta.
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Diez prácticas para celebrar el Mes de la Tierra
¿Cómo celebrar el mes y el día de la tierra?
Antes que nada, desde la distitnas organizaciones ambientales y ecológicas como punto en común destacan la importancia de recordar que el medio ambiente se protege todos los días, con gestos concretos, desde consumos materiales y de energía hasta cambios en la dieta.
- Reciclar, y alentar a los amigos que también lo hagan. Saber qué es biodegradable y qué no lo es
- No utilizar bolsas de plástico, y si se tienen que usar, lo mejor es reciclarlas. Se pueden reutilizar las que dan en los comercios como bolsas de residuos
- Participar de limpiezas sociales. Varias organizaciones se dedican a proponer distintos lugares que necesitan una limpieza pero están abandonados
- Movilizarse en bicicleta siempre que sea posible y evitar el consumo de combustibles
- Fomentar conductas sostenibles y hablar sobre ello. Mantener conversaciones sobre el cuidado del ambiente e interiorizarse sobre ello puede ser de gran ayuda
- Realizar un compost casero. Todos los días en los hogares se producen desechos orgánicos que pueden ser aprovechados para producir abono natural
- Educar e involucrar a los niños. Llevarlos a pasear a los parques y explicarles sobre la importancia de los espacios verdes en las ciudades
- Racionalizar el consumo de agua al bañarse y lavar los utensillos
- Cambiar los electrodomésticos de alto consumo por nuevos de consumo eficiente, en caso de ser posible
- Seguir una dieta vegetariana o limitar el consumo de carnes rojas, y elegir alimentos que protejan la biodiversidad
Así, transformando cada una de estas prácticas en nuevos hábitos, se podrá -por lo menos- afrontar las diversas problemáticas ambientales que hasta el momento parecen inevitables.
Según reza el comunicado del portal "Sostenibilidad Para Todos" por el Día Mundial de la Tierra, "el cambio climático está afectando a todos los ecosistemas, provocando nuevos problemas de salud y afectando a la economía mundial. Tenemos la oportunidad de restaurar la Tierra y hacer frente a estos problemas. Y debemos hacerlo no solo porque nos preocupamos por el mundo natural, sino porque vivimos en él. Un planeta sano no es una opción, es una necesidad".