Después de una polémica generada por el aterrizaje del nuevo avión presidencial en su llegada a la ciudad de Buenos Aires, la Administración Nacional de Aviación Civil (Anac) abrió un expediente para analizar las maniobras realizadas por los comandantes Juan Pablo Pinto y Leonardo Luis Barone.
Sin embargo, las sanciones correspondientes a la tripulación del ARG-01 están bajo la órbita del Ministerio de Defensa, ya que los pilotos volaron con matrícula militar, según pudo conocer y publicó el sitio Infobae.
La aeronave oficial, un Boeing 757-200 que reemplazará al Tango 01, llegó el pasado jueves al país y causó un enorme revuelo por un movimiento arriesgado que realizó Barone para aterrizar. En las comunicaciones del vuelo se puede escuchar cómo el comandante interpreta mal las indicaciones de los controladores aéreos y luego corrige el curso.
La maniobra puso en peligro al resto de los aviones comerciales que se encontraban en la zona a punto de descender en el Aeroparque Jorge Newbery.
De acuerdo a la opinión del ex piloto de Aerolíneas Argentinas Jorge Polanco, el accionar del conductor de la aeronave “podría haber generado una tragedia”.
En este contexto, fuentes consultadas por Infobae explicaron que la Anac, la autoridad aeronáutica encargada de fiscalizar y controlar la actividad aérea, a cargo de Paola Tamburelli, armó un expediente para evaluar en detalle la maniobra realizada por los comandantes. No obstante, el organismo no podrá aplicar ninguna penalidad por tratarse de un aeronave oficial y debido a que los pilotos cuentan con matrícula militar. “Si fuese un avión de línea (o comercial), termina en sanción de Anac. De todos modos se va a elaborar un informe”, explicaron las fuentes.
Una vez terminado el análisis del aterrizaje, la autoridad aeronáutica, que depende del Ministerio de Transporte, elevará su acta al titular de la cartera, el rosarino Diego Giuliano.
En las imágenes que circulan desde hace días se observa al nuevo avión presidencial inclinarse pronunciadamente sobre su lado izquierdo. Algunos creen que la puntera del ala estuvo a 10 o 15 metros del suelo en un aparente acto de imprudencia.