A pesar de la ingente evidencia científica avalada por especialistas provenientes del ámbito científico y académico del más alto nivel, uno de los candidatos a la presidencia insiste en señalar que el cambio climático excede a la actividad humana y que no es más que un efecto del comportamiento cíclico de la temperatura terrestre.
Este mito negacionista ya ha sido probado equivocado por diversas organizaciones. En esta línea, los datos proveídos por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de Naciones Unidas demuestran que desde el comienzo de la Revolución Industrial los cambios en el clima registrados han sido 10 veces más acelerado que cualquier otro cambio climático ocurrido tras la extinción de los dinosaurios, 65 millones de años atrás. Asimismo, un estudio de 700 registros climáticos ha demostrado que la única vez que el clima ha cambiado al mismo tiempo y en el mismo sentido en todo el mundo durante los últimos 2.000 años ha sido en los últimos 150 años, en los que más del 98% de la superficie del planeta ha experimentado un aumento de temperatura.
En otro orden de ideas, no son pocos los individuos que desde la ignorancia traban la transición a una economía circular en clave sostenible basándose en la existencia de una supuesta dicotomía entre el desarrollo económico y las políticas verdes. No solo es posible que la economía y la sostenibilidad ecosistémica coexistan, sino que estas dos esferas podrían reforzarse y potenciarse recíprocamente.
Esto es particularmente cierto en Argentina donde el impacto de la sequía repentina de 2017-18 en la producción de maíz y de soja se estimó en pérdidas directas de 1550 millones de dólares, con un impacto general de alrededor de 4600 millones de dólares para la economía argentina, según un grupo de científicos de seis países coordinados por el World Weather Attribution (WWA). Aunque la disminución de las precipitaciones está contemplada dentro de la variabilidad natural de la región, el agudo incremento de las temperaturas extremas -consecuencia directa del cambio climático- provoca un crecimiento sostenido en la magnitud de los efectos de la sequía.
Con la convicción de que el poder del hacer debe prevalecer sobre el poder del decir, nos reunimos con el ex vicepresidente de Estados Unidos, Al Gore, y con representantes de la delegación de Quebec, California y Cataluña para fomentar la llegada de capitales extranjeros a la Argentina en la promoción de la energía renovable, a fin de impulsar una transición energética justa. No resulta razonable continuar subsidiando los combustibles fósiles en un país con más de un 40% de la población bajo la línea de la pobreza.
En este sentido, y con ocasión a la Semana del Clima en Nueva York, fortalecimos el hermanamiento de California-Santa Fe que constituye un eje clave para trabajar conjuntamente en un cambio en la matriz productiva y lograr un mayor acceso al financiamiento verde para proyectos de esta materia. Particularmente, en la actualidad estamos efectuando los preparativos para una misión oficial de senadores californianos en Argentina, organizada por la FNGA.
Asimismo, dialogamos con Marina Silva, ministra nacional de Medio Ambiente de Brasil, con quien nos comprometimos a fortalecer la alianza entre nuestros países y la invitamos personalmente a nuestra provincia.
Por último, participamos en la Semana del Clima de Panamá, liderando un panel para activar la transición energetica desde una perspectiva regional y promoviendo los bio combustibles líquidos que nuestros campos producen.
Considerando la crisis ecosistémica a la que nos enfrentamos resulta menester tomar medidas urgentes para resarcir sus efectos e impulsar la transición hacia un modelo socio-económico en clave sostenible.