El nuevo informe Global Energy Perspective 2025 de McKinsey & Company traza un panorama complejo para la transición energética mundial. Según la consultora, la demanda global de energía seguirá creciendo en las próximas décadas, impulsada por el desarrollo económico de India, África y el sudeste asiático, así como por el aumento del consumo relacionado con los centros de datos en Estados Unidos y Europa.
McKinsey advierte que, a pesar de los avances tecnológicos y los esfuerzos por mejorar la eficiencia, el crecimiento del consumo superará los ahorros. En ese contexto, muchos gobiernos están priorizando la asequibilidad y la seguridad energética, a menudo dejando la descarbonización en un segundo plano.
Las proyecciones del informe indican que los combustibles fósiles seguirán representando entre el 41% y el 55% del consumo mundial hacia 2050, con el gas natural ganando terreno frente al carbón. Aunque el petróleo alcanzaría su pico hacia 2030, seguirá siendo esencial en sectores como la petroquímica y el transporte marítimo.
Una respuesta desde Belém
En el cierre de la Pre-COP realizada en Brasilia, se presentó el “Compromiso de Belém por los Combustibles Sostenibles”, conocido como “Belém 4x”, como parte de los preparativos hacia la COP30, que se celebrará en noviembre en la ciudad de Belém.
La propuesta, impulsada por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil, busca cuadruplicar la producción y el uso de combustibles sostenibles para 2035, así como acelerar la transición de los combustibles fósiles hacia fuentes limpias como el hidrógeno, los biogases, los biocombustibles y los combustibles sintéticos.
“Esta iniciativa busca el apoyo del mayor número posible de países para emitir una señal política también a los agentes económicos. Muchas de estas tecnologías son técnicamente viables, pero no se producen a escala suficiente”, señaló João Marcos Paes Leme, director del Departamento de Energía del Itamaraty.
Japón, Italia e India fueron los primeros países en respaldar la iniciativa, que espera recibir nuevos apoyos durante la Cumbre de Líderes de la COP30, programada para el 6 y 7 de noviembre en Belém.
Rol estratégico de los combustibles limpios
Según análisis sectoriales, el transporte seguirá siendo el principal consumidor de combustibles sostenibles hasta 2035. A partir de entonces, se prevé un aumento en la demanda industrial y eléctrica, especialmente por el uso de hidrógeno de bajas emisiones en sectores como la refinación, la siderurgia y la química. Para 2035, los combustibles sostenibles podrían cubrir cerca del 10 % del transporte por carretera, el 15 % de la aviación y hasta el 35 % del transporte marítimo.
Con la implementación de las políticas actuales y las anunciadas, cuadruplicar el consumo global para 2035 resulta ambicioso pero posible, considerando que la demanda mundial ya se duplicó entre 2010 y 2024. Un impulso acelerado podría atraer nuevas inversiones, fortalecer la seguridad energética, diversificar el suministro y reducir la dependencia de los combustibles fósiles, al mismo tiempo que fomenta el desarrollo económico y la sostenibilidad ambiental.
Una señal política clave
En un contexto global donde la seguridad energética y los costos dominan la agenda, la declaración Belém 4x surge como un intento de reconectar la política con la ambición climática.
La iniciativa se presenta como una señal regional y global de liderazgo que podría inspirar a otros países a intensificar sus compromisos de combustibles sostenibles antes de la COP30. Su objetivo no es solo acelerar la transición, sino también demostrar que el desarrollo económico y la descarbonización pueden avanzar juntos.