No Te Va Gustar (NTVG) celebró en Rosario sus 25 años de historia rescatando viejas canciones y sumando todos sus hits en versión acústica. El domingo concretó el último de sus tres conciertos en El Círculo ante una multitud que agotó localidades acompañando el festejo.
"Solo" y "Comodín" fueron las elegidas para iniciar un show de dos horas, donde las casi treinta canciones sonaron contundentes y precisas, con un impecable despliegue técnico. "Buenas noches Rosario, gracias por venir y acompañarnos", expresó Emiliano Brancciari en el saludo. También dedicó un tiempo para destacar la previa de Los Sucesores de la Bestia, la banda rosarina que teloneó el recital.
Brancciari se instaló cómodamente en el centro de la escena, liderando una numerosa formación integrada por once músicos, incluyendo secciones de vientos y de cuerdas. La diversidad de instrumentistas permitió reflotar temas olvidados con nuevos arreglos. El ámbito intimista que genera el teatro favoreció un lucimiento mayor de las letras y mostrar las opiniones que encierran algunas de ellas.
Mint Parker (voz, roncoco, guitarra), Nikole Cedeño (violín) y Leticia Gambaro (viola) son las incorporaciones femeninas al staff de NTVG. Mint se lució como solista en "Al vacío", acercándose a la platea y proponiendo acompañar el tramo final de la canción.
"Esos ojos", también incluida en el set de la noche, forma parte de un lote que no entró en ningún disco y fue rescatado para el nuevo "Otras canciones". Pegó fuerte la voz de Eduardo Galeano, en off, recitando "La mujer sin miedo", alegato contra la violencia de género, relato que eficazmente introdujo la versión de "Nunca más a mi lado".
El vértigo de la banda y el clima que generaba el público hacían dudar a Brancciari sobre a qué disco pertenecía alguna canción. Los músicos le refrescaban la historia. Encaminó la memoria y, superado el lapsus, anunció la versión de "Una triste melodía", del disco "Todo es tan inflamable", en un formato más despojado, con las cuerdas al frente.
La más celebrada de la noche fue "Tan lejos", con la participación del trompetista Martín Gil haciendo la primera voz en un tramo del tema. Para una nueva versión de "Tirano", el candombe del bajista Guzmán Silveira, sumaron un invitado en tambor chico para apuntalar el ritmo rioplatense que exige el tema.
Cada canción se relaciona con una historia colectiva o personal. "Tuve una novia a quien le regalé esta canción. La relación se terminó, la canción quedó", confió Brancciari presentando "No necesito nada", viejo tema del segundo disco de la banda. El vocalista exigió su garganta al máximo, casi sin segundas voces durante dos horas. "A esta canción hace rato que no la cantamos en Uruguay y espero que en Argentina pase lo mismo pronto", expresó el cantante sobre "Ilegal", obra que pregona el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo. Si bien la adhesión del público no fue unánime, las voces favorables sonaron firmes.
Sin anuncio se cerró el telón y, después de un brevísimo intervalo, encararon la segunda parte del show. Acompañado por un trío de guitarras, con impronta gardeliana, Brancciari se plantó en el tango-candombe "Clara", saliendo momentáneamente del formato banda.
A la Argentina incendiada del post-2001 le dedicaron "Verte reír". A Brancciari, nacido en Vicente López y nacionalizado uruguayo, le dolía su país de origen en aquella época y así surgió la canción.
Atmósferas mexicanas surgieron en el corrido "Los villanos" y en la ranchera "Cruz de olvido". Y con aire funky se volvió a lucir Mint Parker, colocando con solidez su voz en "Chau".
Con "A las nueve" y "Cero a la izquierda", reconocidas de inmediato por el público que se manifestaba con fervor, fueron buscando el cierre. Antes de encarar los bises, anunciaron el regreso al mismo escenario (el próximo 24 de noviembre). "Nos van a tener que volver a soportar" , dijo Brancciari al invitar. Para los bises eligieron la melancólica "Ese maldito momento", el tremendo hit que encierra una acertada reflexión, "Pensar" y "No era cierto".
Los NTVG desempolvaron viejas canciones con otro tratamiento estético. El show funcionó así como un intento de retrospectiva. Incorporando estilos, demostraron la versatilidad y las capacidades individuales que sostienen esta historia de 25 años en constante crecimiento.