Por Pedro Squillaci
El Enano atiende a La Capital en su casa y desde su celular. Se lo siente distendido, habla como si fuese un amigo de toda la vida. No es pose, él no sabe ni quiere mostrarse de otra manera. La misma cercanía se percibe en las 13 canciones de "Destilar". El disco fue escrito en las Chacras de Coria (Mendoza) y grabado en enero en el estudio Sonorámica de Traslasierra (Córdoba). De ahí que la empatía argentina se perciba mucho más cercana, aunque, claro está, la argentinidad de La Vela data de mucho tiempo atrás. "Jódanse, ustedes nos adoptaron hace más de veinte años", dijo riéndose el Enano desde su lugar en el mundo.
—¿Estás hablando desde Montevideo?
—No, ni loco, vivo a 90 kilómetros de Montevideo para el este, el lugar se llama Playa Hermosa, queda cerca de Piriápolis (N de la R: el último censo, según Wikipedia, confirma que en 2011 esa localidad tenía 611 habitantes) Yo me fui hace diez años y no vuelvo ni loco. Me fui a ocho cuadras de la playa. Y es el único lugar del Uruguay que viene bajando una sierra que se llama la Sierra de las Almas y termina en la playa. Es decir que es también el único lugar de Uruguay que tiene sierra y mar. Está muy cerca de Montevideo, así que voy allá a ensayar a la ciudad y vuelvo acá raudamente.
—Las canciones salen más fácilmente en ese paisaje.
—Bueno, creo que algo hay, pero yo no puedo escribir en mi casa. Generalmente me alquilo algún lugar, lejos, solo, me voy 15, 20 días solo. Y en mi casa no puedo escribir porque siempre tengo algo que hacer, tengo perros, gatos, un caballo (risas) y hay que atenderlos, así que me alquilo una cabaña por la costa, en La Pedrera, en Rocha, o me voy a una cabañita cerca de Minas, en el departamento de La Valleja, y me voy y no hago nada, me dedico sólo a escribir, a cocinar y a lavar los platos. Ahí estoy solo solo, de pronto los últimos días viene Cebolla (Sebastián Cebreiro), que también compone, me muestra lo que hizo y armamos el disco.
—¿Cómo fue el proceso de creación de este disco?
—En este último disco, por ejemplo, dio la casualidad que el último show del año pasado fue en Mendoza. Entonces me fui ahí, a las Chacras de Coria, estuve 15 días solo escribiendo, los últimos cinco días cayó el Cebolla, después llegó toda la banda. Y bueno, prácticamente "Destilar" lo escribí todo ahí, en Mendoza. Además, cuando se grabó también fue en la Argentina, porque lo hicimos en las sierras de Córdoba, en el estudio Sonorámica, y no tuvo casi preproducción, por eso tuvo esa frescura de los primeros discos y salió con una inocencia que toma la cosa del momento.
—¿Qué te destila el disco?
—En un momento pensé que había que ponerle un nombre al disco y me cayó la ficha estando en el estudio y viendo a los gurises grabando. Ahí me di cuenta que La Vela Puerca durante estos 23 años es un alambique de destilar canciones, donde cada uno es un elemento y pone su propia esencia. Todos pasamos a través de este alambique musical y destilamos canciones, y cada uno se hace dueño de ellas.
—La búsqueda personal es algo que atraviesa toda la discografía de La Vela y acá más que nunca.
—Uno va creciendo y esa búsqueda personal está siempre. No me acuerdo en qué canción y en qué disco yo digo "la canción siempre es la misma".
—Gracias Led Zeppelin...
—Ponele, "The Song Remains The Same", pero al decir "la canción siempre es la misma" hablo de caminar sobre la sien (N de la R: se refiere al tema "Sobre la sien", del disco "Piel y Hueso"), pensando constantemente, viviendo la vida, analizándola. En ese crecimiento personal, que es algo natural en todos, digo que los discos hablan de lo mismo pero no significa que se diga siempre de la misma manera. Ahora tenemos más libros leídos, más música escuchada, tengo más vida vivida. Y con respecto a mi búsqueda, yo estoy con el culo lleno de preguntas (risas) y me cuestiono cosas. Gran parte de lo que nos gusta hacer con las letras, más allá de emocionar de alguna manera al público, es también alentarlos a que se cuestionen, a que se cuestionen su propia actitud ante la vida, que se cuestionen sus decisiones, sus pensamientos.
—¿Ves algún hilo conductor en "Destilar"?
—Yo creo que si hay un hilo conductor en este disco, que no lo veo en la parte musical, va por lo lírico y por ese montón de preguntas que me estoy haciendo en la actualidad, que tienen que ver con la vorágine de la vida moderna, de Internet, de la búsqueda de renovación constante. También al hecho de querer las cosas ya, hoy importa más la meta que el camino. Yo soy un poco más romántico y considero que la meta es algo secundario, lo que importa es el camino, la recompensa es el camino. Porque también está lo otro, cuando llegás a la meta y se te hace realidad, también está eso de "ojo con los sueños que se pueden hacer realidad". Entonces, ahí hay que hacerse cargo. Y bueno, todas esas preguntas que me hago están en este disco, que son los grandes interrogantes que tengo principalmente sobre la vida moderna.