Acaba de concluir la primera gran reunión del Papa Francisco con los jóvenes que viajaron desde los lugares más remotos del mundo para compartir la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), un evento que comenzó Juan Pablo II.
Acaba de concluir la primera gran reunión del Papa Francisco con los jóvenes que viajaron desde los lugares más remotos del mundo para compartir la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), un evento que comenzó Juan Pablo II.
El hecho de que sea en Cracovia, donde vivió el Papa polaco, carga de un tinte de especial de emoción a quienes lo están viviendo. Esta ciudad respira Juan Pablo II, por eso, el Papa Francisco, lo primero que hizo fue agradecer al pontífice polaco el haber creado estos encuentros juveniles multitudinarios.
A las 17.30, hora polaca, (son cinco mas que en Argentina) el Papa salió de la Nunciatura para el campo de Blonia donde ya lo esperaba cerca de un millón de jóvenes. El camino hasta esta gran explanada lo hizo en tranvía, como cualquier polaco, rememorando tal vez sus viajes en transporte publico que hacia en Buenos Aires. Estuvo acompañado por un pequeño grupo de discapacitados.
Para darle la bienvenida, los jóvenes presentaron bailes tradicionales. Primero fueron los polacos con sus coloridos trajes típicos y luego los africanos y los asiáticos y para sorpresa del mismo Papa los polacos prepararon un tango, un "tango a la polaca" como definió más tarde el vocero, Federico Lombardi.
Fue una excelente milonga, con ritmo argentino que escuchó el mundo entero. El aplauso de la multitud fue una verdadera ovación y el Papa confesó que le gustó mucho.
Cuando le llegó su turno, el Papa se dirigió decidido al micrófono y entabló rápidamente una conexión con el millar de jóvenes de todos los idiomas, que lo podían escuchar a través de diferentes emisoras de radio en su propia lengua.
Habló con mucha fuerza, combinando sus preguntas retóricas y pidiendo al público que repita y conteste. Como un padre con sus hijos, el Papa habló de la necesidad de que los jóvenes no caigan en el desánimo, que "no se hagan viejos antes de tiempo" y que no se olviden de que ellos "pueden hacer que las cosas sean mejor y cambiar el mundo". Fue una frase fuerte, que la repitió varias veces en clara alusión a no dejarse vencer por el miedo terrorista que asola a Europa.
Nadie quiso despedir al Papa argentino, los aplausos no acaban,ni tampoco los cantos: "Papa Francisco", que hasta los mismos polacos gritaban con cierta dificultad.
La fiesta continúa aunque mañana será un día duro. El Papa visitará el campo de concentración Auschwitz, acompañado por el rabino y amigo personal el argentino Abraham Skorka.
El Papa Francisco esta mañana celebró la misa en el santuario más importante de Cracovia, Czestokowa, donde se venera una imagen de la Virgen. Se trata de un lugar con mucha historia y de gran importancia para el pueblo polaco.
Allí, mientras caminaba para llegar al altar sufrió un tropezón que rápidamente se difundió por las redes sociales. Lombardi aclaro que "el Papa solo se tropezó. No tiene ningún problema de salud, está bien", y explicó que en esas ceremonias se llevan unas vestiduras especiales y que hay que tener en cuenta que el Papa no vio el escalón. Pero reiteró que no tiene ningún problema de salud.