Dicen los especialistas que al pintar el mural "Los músicos" del local 01 de la Galería Rosario, Julio Vanzo quiso aludir a artistas africanos inspirado por el nombre del bar Mogambo que se había instalado de cara a calle San Martín a finales de la década del 50. Lo que definitivamente nunca imaginó el artista rosarino es que esa obra visibilizaría 64 años más tarde una cadena de obras públicas mal hechas a metros del local donde se exhibe el mural deteriorado y al paso en la galería de valor patrimonial. El Vanzo pone de relieve distintas responsabilidades: las del municipio, la del consorcio de la galería, la del dueño del local y la de las empresas de energía y aguas.
"El tema es más complejo de lo que se cree. Cuando la calle San Martín se hizo peatonal no se extendieron los desagües pluviales hasta el albañal (alcantarilla) ubicado en el centro de la calle y los subsuelos de toda esa línea de locales, desde lo que era el Cine Heraldo (hoy Banco Columbia) y varios más se perjudicaron. El consorcio hizo gestiones por el problema, pero no tenía respuestas por parte del municipio. Entonces, cuando años después se reformó la peatonal, se aprovechó e hicimos la obra", le contó a La Capital el administrador del consorcio de la galería, Mauricio Merlo. Pero el tema no quedó allí: siguieron los problemas de humedad que hasta se judicializaron hace cinco años y se agregaron otros de energía eléctrica en vísperas de las fiestas de fin de año de 2016.
El lunes de esta semana se abrió una luz de alerta en torno a uno de los murales de Vanzo de la galería que se inauguró en 1956, construida por la empresa Candia y Cía. Un dibujo pintado sobre yeso está visiblemente descascarado en el local con vidrieras hacia calle San Martín, hoy vacío y con visible cartel de alquiler.
A lo largo de los días no sólo salieron al salvajate de la obra historiadores, artistas plásticos, arquitectos sino también el propio dueño del local. Y ahora sienta posición el administrador que representa a los dueños de todos los locales de la galería, quien denuncia viejas irregularidades en torno a los locales de la cuadra como el que contiene el mural en cuestión.
Explosión y parche
Cuando explotó la estación transformadora que estaba ubicada en la entrada de galería San Martín, de la misma mano del local y cercana a la calle Rioja, varios locales, desde el actual Sport 78 hasta los de calle Córdoba llegando a óptica Shellhas (casi llegando a la esquina Sarmiento), quedaron sin luz.
"¿Cómo se resolvió?", pregunta y explica Merlo. "Con un cable de media tensión que sale del local del Banco Columbia, pasa por el alero de la galería Rosario y se mete en el local de deportes: eso no se arregló más y el propio personal de la galería lo acomodó mejor porque se caía. Entonces, para arreglar las humedades y estos temas que no solo afectan a la galería y al local donde está el mural, se necesita de una inversión que no puede asumir ni les corresponde al consorcio ni el privado", aseguró el administrador.
En 2015 las obras necesarias para reparar correctamente los problemas edilicios se presupuestaban en un millón de pesos. "¿Quién puede llevar adelante esas obras ahora?", preguntó Merlo, quien administra desde 2013 los cien locales que pertenecen a 90 propietarios (9 de los cuales tienen comercios en la galería), unidades que hasta antes de la pandemia contenían a 73 comercios y ahora sólo llegan a 67.
Para Merlo habría que articular "una acción conjunta y en serio entre la Municipalidad y el propietario para llegar a una solución para el mural y con estos problemas de las obras públicas que han perjudicado a varios locales de la cuadra desde hace tiempo".
El administrador explicó que el ámbito de competencia del consejo de administración de la galería es con el edificio que tiene valor patrimonial para el municipio. "Pero tampoco es fácil: cuando nos enteramos de lo del mural pusimos en conocimiento al área de preservación del patrimonio del municipio. Sería importante que la gente de cultura nos acercara un reglamento, nosotros tenemos el nuestro que conocen los inquilinos pero cuando llegué a la administración hace siete años ya me había encontrado con intervenciones y deterioros serios como que algunos habían pintado y hasta picado las venecitas o maderas originales con pintura acrílica", contó Merlo, quien resaltó que el único negocio que se conserva con los materiales con los que se inauguró la galería en 1956 es la perfumería Ruiz y Roca del local 80, en medio de la galería.
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El profesional dice entender que la Municipalidad sugiera para un edificio de valor patrimonial que no se coloquen los aires acondicionados de ventana en los 48 locales que dan a calle San Martín, pero él plantea que la construcción quedó poco funcional para los tiempos que corren. "Sugieren que los motores se concentren en la terraza, pero no es un inmueble preparado para trasladar toda la conductería".
La voz del municipio
La directora del Programa de Preservación del municipio, Mariel Santos, también habló con este diario en torno a la polémica por el mural de Vanzo y sumó al debate las competencias de su área.
"Tanto en este caso como cuando se instaló la cámara de vigilancia sobre el mural de Vanzo en la escalera central o cuando se hicieron intervenciones que modificaron la estética original del edificio, sugerimos acciones al consorcio que se mostró muy abierto. Pero no podemos hacer mucho más, porque nuestra función es la preservación del edificio que está catalogado como de valor patrimonial. En cuanto a la reparación del mural trasladamos el tema a Cultura, área que tiene expertos y que entendemos que se pondrá en contacto con el dueño del local", aseguró la funcionaria.