Los suizos aprobaron este domingo en referéndum una ley que prohíbe que las mujeres utilicen en cualquier lugar público el velo integral islámico. Las multas por llevar velo integral quedan establecidas en hasta 10.000 francos como máximo, unos 9.000 euros. "El objetivo de este referéndum no eran los musulmanes", señaló el portavoz del "Sí", Jean-Luc Addor, "aquí de lo que se trata es de defender los valores de nuestra civilización y de que la mujer no sea forzada a usar en público una prenda que es signo de su sometimiento".
La iniciativa había sido presentada como "Sí a la prohibición de esconder el rostro" y salió adelante con el 52% de votos. Su objetivo es promover la igualdad, la libertad y la seguridad, ya que los proponentes afirman que evitará que mujeres sean obligadas a ocultar su rostro o que alguien lo haga con un propósito criminal o terrorista. Su principal promotor ha sido el partido UDC, el más conservador del espectro político suizo, junto al Comité Egerking, una asociación de políticos, abogados y editores conservadores contra la "islamización de Suiza". Uno de los éxitos principales de este comité se remonta a 2009, cuando los suizos aprobaron con un 57% de los votos la prohibición de construir minaretes.
El director del Comité Egerking, Anian Liebrand, celebró que "en Suiza se puede profesar la religión que uno quiera con total libertad, pero tenemos una cierta cultura dominante y esa es la cristiana. Esa es la idea tras la propuesta contra el velo facial y ha sido aprobada una norma muy tolerante que en su tercer punto establece que la ley prevé excepciones, como razones de salud, seguridad, condiciones climáticas y costumbres locales".
"Ninguna mujer puede aceptar caminar por la calle con una tela sobre el rostro que le impide respirar, mostrarse como persona y como mujer, y decirlo en voz alta no es ni sexista ni racista", declaró tras conocerse el resultado del referéndum la parlamentaria Jaqueline de Quattro.
También han celebrado el resultado musulmanes progresistas como la escritora y periodista suizo-tunecina Saïda Keller-Messahli, que recordó que "el velo completo de las mujeres musulmanas es una cuestión principalmente ética, porque quiere invisibilizar a las mujeres en los espacios públicos". Y defendió que "en el Corán se hace referencia a la mujer como "awra", que significa 'impura' y sobre la base de esta designación se crearon normas (hadiths) que se han abierto camino en la jurisprudencia islámica (Sharia) y son extremadamente discriminatorios y no permiten ambigüedad: se trata de evitar que aparezcan personas enmascaradas en el espacio público, algo natural en una sociedad abierta como la suiza".
Entre los oponentes a la prohibición del velo integral, que algunos confunden con el burka (este es solo una de las variantes de velo integral, el más común es la niqab) no solo figuran partidos políticos, sino también movimientos sociales de izquierda y reconocidos colectivos feministas que consideran la prohibición era "racista y sexista". También el Gobierno y el Parlamento suizos estaban en contra, por considerar que se trata de un fenómeno marginal en Suiza, ya que solamente unas 30 mujeres utilizan el velo integral en el país según sus cálculos, en la Suiza francófona, y que podría tener efectos negativos en el turismo, dado que Suiza recibe cada año una clientela turística procedente de países árabes y de alto poder adquisitivo.
Como precedente a esta ley para todo el país, en el cantón de St. Gallen ya se impuso hace dos años la prohibición de cubrirse el rostro, aunque la policía no se ha topado desde entonces con una sola mujer con niqab y no ha sido necesario aplicar sanciones. "No hay nadie en el cantón que lleve burka o nikab, así que no ha habido multas, ni condenas, nada en absoluto en los últimos dos años», informa Hanspeter Krüsi, encargada de comunicación del Departamento de Policía de St. Gallen. Se trataba en ese caso de una ordenanza. Ahora será introducido un artículo 10a en la Constitución federal suiza que dice: «Nadie puede cubrirse la cara en espacios públicos o en lugares accesibles para todos». Y además: «Nadie puede obligar a una persona a cubrirse la cara sobre la base de género».