Praga.— El escritor checo-francés Milan Kundera ("La insoportable levedad
del ser") quedó bajo sospecha de haber colaborado con el régimen comunista checo en la década del
cincuenta. Según informó esta semana la revista "Respekt", Kundera delató a un joven anticomunista
a la policía de la entonces Checoslovaquia, hace 58 años. El reconocido autor apoyó en su momento
el socialismo reformista de la Primavera de Praga. Pero luego huyó de su país y se convirtió en un
ícono de la disidencia contra el comunismo.
Aunque Kundera negó la información, su desmentido apenas
encontró credibilidad en los medios checos.
El Instituto para el Estudio de los Regímenes Totalitarios
informó el lunes que un equipo de historiadores e investigadores encontró un documento escrito por
la SNB, o la policía comunista checa, que identifica a Kundera como el informante de un hombre que
luego pasó 14 años en la cárcel.
Según el documento publicado en el sitio web del instituto,
en 1950 Kundera proporcionó información sobre Miroslav Dvoracek, contratado en Alemania por la red
de inteligencia de la migración checa como espía contra el régimen comunista.
Dvoracek visitó a una mujer en Praga y dejó una valija en
su departamento. Ella le dijo a su novio, quien luego le contó a Kundera, y el escritor fue a la
policía. Dvoracek fue arrestado al regresar a la casa de la mujer en busca de su equipaje.
El espía fue sentenciado a 22 años de cárcel, de los que
cumplió 14, en los que trabajó en minas de uranio. Actualmente vive en Suecia y se recupera de un
derrame cerebral, por lo que no puede ayudar a esclarecer los hechos.
Proceso de investigación. La colaboración con el Partido Comunista era
generalizada en Checoslovaquia. El país fue uno de los primeros en publicar los nombres de
supuestos colaboradores como parte de un "proceso de investigación de antecedentes" en 1991.
El gobierno checo le asignó al Instituto para el Estudio de
los Regímenes Totalitarios la tarea de recolectar y publicar documentos de la era comunista. La
institución es considerada fidedigna.
Kundera se unió al Partido Comunista cuando era un
estudiante, pero fue expulsado tras criticar su naturaleza totalitaria. Después abandonó el país,
luego de que la invasión soviética de 1968 destruyó las reformas liberales de Alexander Dubcek. Los
libros que escribió tras su partida estuvieron prohibidos en su país hasta la caída del comunismo
en 1989, aunque su obra fue respetada entre los disidentes.
El célebre autor, de 79 años, reside en Francia desde 1975,
y fue allí donde publicó sus más famosas obras, que también incluyen "Inmortalidad" y "El libro de
la risa y el olvido". En 1981 recibió la ciudadanía francesa. Hoy vive en un aislamiento virtual y
sólo viaja a su otrora tierra de incógnito.
"No lo esperaba". A pesar de su ostracismo, Kundera salió a desmentir la
información del Instituto para el Estudio de los Regímenes Totalitarios. "Estoy completamente
asombrado por algo que no esperaba, de lo que no sabía nada hasta ayer, y que no sucedió. Yo no
conocía a ese hombre", aseguró. Kundera acusó al instituto y a los medios del "asesinato de un
autor".
Sin embargo, sus palabras no resultaron creíbles para los
medios checos. "El dios infalible se convirtió otra vez en ser humano", escribió el diario "Lidove
Noviny". Muchos observan ahora paralelismos con la confesión del escritor alemán Günter Grass de
haber pertenecido a un cuerpo nazi. "Kundera perdió la oportunidad de confesar por él mismo", dijo
la revista "Respekt".
"Deberíamos preguntarnos menos qué hizo Kundera", dijo el
diario "Mlada Fronta Dnes", el de mayor tirada del país. "Habría que interesarse más por el destino
de Dvoracek", apuntó.
El traductor de Kundera, Jiri Zak, opinó que la noticia "es
una sorpresa repelente e incomprensible, una inmensa decepción, pero no debería modificar la mirada
sobre su obra". El director de la sección de literatura en la Academia de Ciencias de Praga, Pavel
Janousek, señaló que el análisis del comunismo que Kundera hace en sus libros debe estudiarse ahora
bajo otra luz. l