Todo o nada. Renzi se mostró muy dolido por la derrota. Hizo de la consulta un plebiscito sobre su gestión.
Todo o nada. Renzi se mostró muy dolido por la derrota. Hizo de la consulta un plebiscito sobre su gestión.
Con el 30 por ciento de las mesas escrutadas, el "no" consolidaba anoche una ventaja de casi 15 puntos en al referéndum que ayer puso a votación la reforma constitucional impulsada por el primer ministro de Italia, Matteo Renzi, quien asumió "toda la responsabilidad" por la derrota de su iniciativa y anticipó que hoy presentará su renuncia al cargo, mientras la oposición pidió un "llamado inmediato a elecciones".
Con un cuarto de las 61.551 secciones electorales de todo el país analizadas, el "no" a la reforma mantenía una ventaja de más de 15 puntos sobre el "sí", con victorias de los opositores a la reforma en casi todas las grandes ciudades, incluida la capital Roma. "Mi experiencia de gobierno terminó acá y renunciaré", afirmó Renzi cuando reconoció la derrota del "si", y explicó que hoy llevará en persona el texto de su dimisión al presidente Sergio Mattarella. La frustrada reforma planteaba la reducción de los miembros del Senado de 315 a 100, la elección semidirecta de sus legisladores y la disminución de sus funciones legislativas con el objetivo de generar un ahorro de 500 millones de euros al año y dar agilidad y estabilidad a un país que tiene un tiempo medio de sanción de leyes de 30 meses y que ha tenido 63 gobiernos desde la fundación de la República, hace 70 años.
Con una participación en las urnas récord de casi el 70 por ciento de los 46.714.950 habilitados en un referéndum no obligatorio, Italia rechazó la reforma impulsada por Renzi, quien había convertido la elección en una suerte de plebiscito sobre su gestión tras prometer varias veces su renuncia en caso de ser derrotado. "Si se confirman los primeros números será la victoria del pueblo contra los poderes fuertes. Renzi debería renunciar en los próximos minutos y de inmediato se tienen que convocar a nuevas elecciones. Nada de gobiernos técnicos; ahora les toca a los italianos elegir", había pedido apenas cerradas las urnas el líder de la Liga Norte (derecha) Matteo Salvini, tras agradecer la "participación popular" en el referéndum.
Desde la también derechista Fuerza Italia, el jefe del bloque en Diputados, Renato Brunetta, pidió también "la renuncia de un Renzi que personalizó la campaña y prometió su dimisión y su retiro a la vida privada. Este resultado es la derrota de los poderes fuertes, de las sociedades financieras especulativas", criticó también en esa línea. Apenas un rato después Renzi cumplía su palabra de renuncia.
"Lo siento pero nos vamos"
"Esta reforma es la que hemos sometido al voto, no hemos logrado resultados convincentes, lo siento, pero nos vamos. Como era claro desde el principio, mi experiencia de gobierno finaliza aquí", dijo Renzi, "con un nudo en la garganta", tal y como subrayó. "Quería recortar escaños pero no lo he logrado. La silla que cae es la mía", señaló gráficamente. Durante la campaña, el ahora saliente primer ministro y la mayor parte de su Partido Democrático sostuvieron el "sí" casi en soledad, para el que tuvieron el respaldo de la Confederación Industrial Italiana; mientras que por el "no" se manifestaron desde el antisistema Cinco Estrellas hasta las fuerzas de derecha Liga Norte, Hermanos de Italia y la Fuerza Italia de Silvio Berlusconi, pese a que el movimiento del ex premier había apoyado originalmente la reforma.
Renzi, de 41 años, había sido elegido por un acuerdo parlamentario en febrero de 2014. En caso de un llamado a nuevas elecciones, debería sancionarse una nueva ley electoral, ya que la vigente, conocida como "Italicum" no prevé elecciones para el Senado, porque fue concebida pensando en que la reforma sometida ayer a votación sería aprobada.
Además de los residentes en Italia, también estaban habilitados para votar 3.995.042 ciudadanos desde el exterior, incluidos unos 650.000 desde Argentina, que sufragaron por correo hasta la tarde del pasado jueves 1º. El presidente Sergio Mattarella tendrá la facultad, renunciado Renzi, de designar un gobierno de transición hasta las elecciones parlamentarias, previstas en principio para 2018.
Las urnas se abrieron a las 7 de la mañana (hora local) y se cerraron a las 23. Y en un fiel reflejo de que lo de ayer fue mucho más que un referéndum, la participación fue récord, mucho mayor que la esperada y similar a la de elecciones generales. A las 19 ya habían votado nada menos que el 57,24 por ciento de los italianos. El dato superaba con creces las cifras del último referéndum que se celebró en abril, sobre la extracción del petróleo y el gas natural: entonces, a la misma hora había votado sólo el 23,5 por ciento del electorado.
Gran parte de la atención internacional, especialmente la de los socios de la Unión Europea, se centró ayer en Italia por los temores sobre la posible inestabilidad que una victoria del "no" pueda ocasionar, al igual que ya ocurrió en junio pasado tras la decisión de los británicos de romper con los socios europeos.
Italia, la tercera economía de la zona euro, se encuentra en un momento delicado a nivel económico, con un sistema bancario que acumula 360.000 millones de euros en créditos morosos.