La líder del colectivo ruso feminista Pussy Riot, Maria Aliójina, escapó de Rusia con ayuda exterior y de sus amigos para evitar ser víctima de la creciente represión que impuso en el país el presidente Vladimir Putin.
La líder del colectivo ruso feminista Pussy Riot, Maria Aliójina, escapó de Rusia con ayuda exterior y de sus amigos para evitar ser víctima de la creciente represión que impuso en el país el presidente Vladimir Putin.
Aliójina comenzó su activismo cuando su banda de música punk y el grupo de artes escénicas Pussy Riot organizaron su primera protesta contra Putin en 2012, en la Catedral de Cristo Salvador de Moscú, por la que fue condenada a dos años de prisión.
El pasado abril, mientras Putin reprimía con dureza cualquier crítica a la invasión a Ucrania, las autoridades anunciaron que Aliójina, quien se encontraba en cumpliendo arresto domiciliario, pasaría a cumplir 21 días de condena en una colonia penal.
La activista decidió entonces abandonar Rusia, al menos en forma temporal, y se disfrazó de repartidora de comida a domicilio para evadir a la policía de Moscú que había estado vigilando el departamento de una amiga en el que estaba instalada.
Dejó allí su celular como señuelo para evitar ser rastreada y un amigo la llevó a la frontera con Bielorrusia. Sin pasaporte, consiguió cruzar fronteras gracias a un documento de viaje facilitado por un país todavía desconocido. Tardó una semana en cruzar a Lituania.
En un estudio en Vilnius, la capital lituana, accedió a ser entrevistada por The New York Times y contó lo que calificó como la angustiosa huida de una disidente de la Rusia de Putin.
En la entrevista, Aliójina dijo con tono irónico: “Me alegré de haberlo logrado, porque fue un beso de despedida impredecible y grande” para las autoridades rusas". Y añadió: “Todavía no entiendo completamente lo que he hecho”.
Mientras, el Ministerio del Interior de Rusia la incluyó en su lista de personas en busca y captura tras haberle impuesto la última de las condenas y no comparecer para ingresar en prisión.
La artista, de 33 años, ha pasado toda su vida adulta luchando para que su país respete la Constitución y los derechos humanos más básicos, como la libertad de expresión.
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Después de ser excarcelada antes de cumplir su condena, en diciembre de 2013, ella y otro miembro de las Pussy Riot fundaron "Mediazona", un medio de comunicación independiente centrado en el crimen y el castigo en Rusia.
También escribió un libro de memorias, “Riot Days”, y viajó alrededor del mundo realizando un espectáculo basado en su obra. Además, apoyó al líder opositor ruso Alexéi Navalni en manifestaciones a principios de 2021 violentamente reprimidas por la policía rusa.
La activista se había comprometió a permanecer en Rusia a pesar de la vigilancia y la presión de las autoridades, pero ahora, señala que se ha sumado a las decenas de miles de rusos que han huido desde la invasión de Ucrania, que se inició el pasado 24 de febrero.