La economía de Estados Unidos creció más de lo esperado en el cuarto trimestre de 2023 en un contexto de un fuerte gasto de los consumidores y dejó en nada las predicciones de quienes esperaban una recesión en todo el año por las agresivas alzas de las tasas de interés.
La expansión para todo el año resultó del 2,5% pero el producto interior bruto del último trimestre aumentó un 3,3% en una tasa anualizada, informó la Oficina de Análisis Económico en su estimación anticipada del PIB del cuarto trimestre. La economía había crecido a un ritmo del 4,9% en el tercer trimestre.
Los números de la economía de la primera potencia mundial representan buenas noticias para los estadounidenses pero sobre todo para la campaña de reelección de Joe Biden, que lucha este año por vencer a Donald Trump. Los candidatos demócrata y republicano que compitieron en 2020 volverán a hacerlo el 5 de noviembre de este año.
El anhelo de Biden es que los estadounidenses descubran los méritos y la responsabilidad de su gobierno en el empujón económico que estaba fuera de los pronósticos de los políticos y economistas. La mayoría de ellos, a inicios del 2023, vislumbraba un escenario de estancamiento e inflación cuando está de más claro que resultó todo lo contrario.
Estados Unidos crece más que Europa y Gran Bretaña, que están al borde de la recesión, mientras que China, la segunda economía más grande del mundo, se recupera aún lentamente al 5,2% con un panorama incierto.
En la recuperación de la economía fue clave el gasto de los consumidores. El mercado laboral se mantuvo sólido y este dato, junto con el aumento de los salarios, hizo posible que muchos ciudadanos siguieran desembolsando sus dólares especialmente en servicios como entretenimiento, viajes y comidas, incluso en un momento de elevada inflación.
El consumo representó la mayor parte del crecimiento de la economía en el cuarto trimestre. El aumento del gasto público, a nivel estatal, local y federal, así como el aumento de las exportaciones y el aumento de las inversiones privadas y residenciales, también apuntalaron el crecimiento de fin de año, según muestra el reporte oficial.
Las políticas de Biden ayudaron a la recuperación de la economía el año pasado, sobre todo por financiamiento de proyectos de infraestructura y energías limpias que crearon nuevos empleos y estimularon inversiones privadas por US$640.000 millones.
La inflación cayó rápidamente de un pico de 9,1% anual en junio de 2022 a 3,4% anualizado el mes pasado y hay señales de que sigue bajando: los precios subieron a una tasa anual del 1,7% en los últimos tres meses de 2023, incluso por debajo de la meta a largo plazo de la Fed del 2 por ciento.
El conjunto de las variables es una señal de que el gobierno de Biden, junto con la política de tasas de la Reserva Federal, lograron reducir la inflación y asegurar un “aterrizaje suave” sin mayores repercusiones para la economía o para los trabajadores, ya que el desempleo aún continúa en niveles bajos, 3,7%.
Otros profesionales consultados por la agencia informativa Reuters habían previsto un avance del PIB del 2,0%. Las estimaciones oscilaban entre el 0,8% y el 2,8%.
La actividad productiva se está expandiendo a un ritmo superior al que los funcionarios de la Reserva Federal consideran la tasa de crecimiento no inflacionista, en torno al 1,8%.
El crecimiento del año pasado se aceleró desde el 1,9% de 2022.
La economía ha sorprendido a los líderes de la industria y a las consultoras y consultores que habían pronosticado una desaceleración desde mediados de 2022.
Parte de la resistencia de la economía se debe a la fortaleza del mercado laboral, caracterizado por la escasez de despidos y los fuertes aumentos salariales, que apuntalan el gasto de los consumidores.
El aumento del gasto público y de las tasas de interés casi nulas durante la pandemia del COVID-19 también han contribuido a evitar una recesión. Los economistas habían basado en gran medida sus sombrías previsiones en el rápido ritmo al que el banco central estadounidense estaba subiendo las tasas para amortiguar la demanda. La mayoría se ha retractado de sus previsiones de recesión y ahora espera un crecimiento lento este año. Se espera que en su reunión de la semana próxima la Reserva Federal mantenga sin cambios su tasa de interés oficial en el rango actual del 5,25%-5,50%.