"Descansen en paz, almas de Pearl Harbor". Estas palabras, dichas en el solemne memorial del acorazado Arizona, en la bahía de la famosa base naval estadounidense en Hawai, salieron de boca del primer ministro japonés, Shinzo Abe. Fue un momento histórico, en el que Abe y el presidente Barack Obama, a su lado, rindieron homenaje a los 2.403 marinos estadounidenses caídos bajo las bombas japonesas el 7 de diciembre de 1941, cuando la aviación naval nipona destrozó a la flota estadounidense en Pearl Harbor. Abe es el primer jefe de gobierno japonés en visitar el lugar y tener un gesto de contrición por la agresión cometida por el antiguo Imperio de Japón 75 años atrás. Abe, sin embargo, no pidió perdón por el ataque, algo que hubiera resultado excesivo para la sensibilidad de la población japonesa. Del mismo modo, Obama no pidió perdón cuando en mayo pasado fue el primer presidente estadounidense en visitar Hiroshima, aunque tuvo entonces un sentido discurso en honor a las víctimas.