Como se preveía, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, competirá contra la ultraderechista Marine Le Pen en el ballottage del 24 de abril. El mandatario centrista superó con 27,85% de los votos a Le Pen, que llegó a 23,15%. Fueron casi 5% de distancia en la primera vuelta del domingo. Pero tal vez el dato más llamativo es el lugar destacado que logró el candidato de la izquierda populista Jean-Luc Mélenchon, con el 21,95% de los votos, apenas a un punto de Le Pen. Mélenchon se quedó a un paso de pasar al ballottage.
Para varios analistas franceses, la consigna de Mélenchon de no votar por Marine Le Pen en el ballottage pero sin llamar a votar por Macron no será necesariamente seguida. Un dato llamativo: tanto Le Pen como Mélenchon simpatizaron durante hace años con Vladimir Putin. El partido de Le Pen incluso recibió financiamiento del Kremlin. Y Mélenchon finalmente condenó la invasión de Ucrania y favorece las sanciones contra Rusia.
Mélenchon y su partido Francia Insumisa quedó a un paso de superar a Le Pen, a poco más de 1%. Por eso el gran interrogante de la breve campaña de dos semanas para la segunda vuelta del 24 de abril es qué harán los votantes de Mélenchon, más allá de que este haya indicado no votar a la extremista de derecha Le Pen.
Mélenchon ha pedido que “ningún voto vaya para Marine Le Pen” en el ballottage del 24 de abril, aunque no llamó a votar a Macron. Y el carácter populista del discurso de Melenchon deja espacio para dar saltos de sus votantes de un extremo al otro del espectro político.
Los electores que han hecho de la formación de Mélenchon el partido más consolidado de la izquierda se enfrentan a un dilema. Abstenerse, votar a regañadientes por quienes muchos de ellos consideran “el presidente de los ricos” para impedir el triunfo de la ultraderecha o darle su sufragio a Marine Le Pen.
“Hay una parte del electorado de Jean-Luc Mélenchon, que es un electorado muy popular, menos ideologizado, y en todo caso contestatario, que quiere protestar y está muy disconforme. Es posible que una parte de ese electorado vaya a Marine Le Pen. También es posible que una parte de ese electorado no vaya a votar en la segunda vuelta porque no acepta apoyar a Emmanuel Macron”, estima Federico Vacas, subdirector del Departamento Política y Opinión de la encuestadora Ipsos en Francia.
“Pero, por otro lado, una de las grandes informaciones de esta elección son los resultados extremadamente elevados que ha obtenido en las grandes ciudades, que es donde Mélenchon progresa más. Allí hay un electorado ideológico de izquierda consolidado y ese sector tiene más posibilidades de desplazarse para apoyar a Emmanuel Macron, básicamente por un rechazo a la extrema derecha de Marine Le Pen. Va a ser difícil para Macron que lo apoyen masivamente en la segunda vuelta, más que en el 2017, y sobre todo lo va a ser más luego, en las legislativas y durante su segundo mandato captar a este electorado consolidado y agrupado detrás de Jean-Luc Mélenchon”, advierte Vacas. Por otro lado, no sería la primera vez que un electorado de izquierda poco politizado vuelca su voto a la extrema derecha: ya se vio en el 2002 con Jean-Marie Le Pen, el padre de la actual candidata. Recogió muchos votos obreros disconformes con el estalishment político de entonces, dominado por neogaullistas y socialistas. No debe olvidarse que estas dos formaciones históricas de la V República han desaparecido del escenario electoral.
Macron reaccionó a los resultados del domingo por la noche afirmando que “nada estaba jugado”. Sabe que entre los electores existe un gran rechazo hacia su primer mandato, que se ha plasmado en numerosas protestas, entre las que destacan la de los “Chalecos amarillos”, radicalizados violentos que pueden ser vistos como extrema derecha o izquierda contestataria. Justamente, es este descontento, a los que apuesta Marine Le Pen, que insiste en la crítica social en vez de sus tradicionales argumentos electorales, como la inmigración.
“En este escenario lo más probable es una victoria de Emmanuel Macron, que tiene casi 5 puntos más que Marine Le Pen en esta primera vuelta. Igual hay que tener cuidado con estos pronósticos porque vemos que Marine Le Pen está en una ofensiva intentando subrayar el carácter antisocial liberal de Macron”, señala Franck Gaudichaud, politólogo la Universidad de Toulouse. “Y sabemos que, en el país, con el movimiento de los Chalecos Amarillos y las movilizaciones hay un rechazo muy fuerte hacia el presidente. Por eso va a ser una segunda vuelta muy disputada entre un proyecto de centroderecha liberal y una derecha identitaria muy fuerte y radicalizada”, añade.
Largó la campaña
En tanto, se inició la campaña para la segunda vuelta. El presidente Emmanuel Macron declaró este lunes que quiere “convencer’’ a un amplio rango de votantes franceses para que respalden su visión centrista, al iniciar una batalla de dos semanas contra la candidata de extrema derecha Marine Le Pen antes de la segunda vuelta presidencial.
Mientras tanto, Le Pen está lista para la contienda y planea destacar el aumento de los precios de la energía y los alimentos que ha afectado en especial a los hogares más pobres recientemente, al tiempo que Macron ha centrado sus esfuerzos en buscar soluciones diplomáticas a la guerra en Ucrania.
Los dos candidatos salieron victoriosos en la primera ronda de la elección presidencial del domingo, lo que generó una repetición de su duelo de 2017 para el 24 de abril. Macron derrotó a Le Pen hace cinco años en la segunda vuelta electoral, pero todas las encuestas de opinión muestran que la presidenta de Agrupación Nacional está mucho más cerca esta vez de una victoria potencial.
El resultado de las elecciones francesas tendrá una amplia influencia internacional, mientras Europa lucha por contener los estragos causados por la invasión rusa de Ucrania. Macron ha respaldado firmemente las sanciones de la Unión Europea a Rusia, mientras que Le Pen se dice preocupada por su impacto en los estándares de vida en Francia. Macron también es un firme partidario de la Otán y de la estrecha colaboración entre los 27 miembros de la UE.