La operación policial lanzada el martes en Río de Janeiro, la más letal de la historia de la ciudad brasileña, dejó 132 muertos, entre ellos cuatro agentes. Así lo confirmó la Defensoría Pública regional a la agencia de noticias EFE.

El operativo contra el crimen organizado en dos favelas producido este martes dejó cientos de detenidos
El operativo contra el crimen organizado en Río de Janeiro terminó en un baño de sangre
La operación policial lanzada el martes en Río de Janeiro, la más letal de la historia de la ciudad brasileña, dejó 132 muertos, entre ellos cuatro agentes. Así lo confirmó la Defensoría Pública regional a la agencia de noticias EFE.
La operación policial que se desató este martes buscó arremeter contra miembros del Comando Vermelho, una de las dos facciones criminales más poderosas de Brasil, en dos complejos de favelas, las de la Penha y del Alemão.
Lo cierto es que el número de muertos ha sido motivo de debate durante toda la jornada del miércoles. Ciudadanos rescataron más de 60 cadáveres tras la jornada de violencia.
De todos modos, las postales que llegan de Brasil resultan desoladoras. Los vecinos de las favelas de Río de Janeiro han ubicado los cadáveres en fila, sobre el suelo, en una plaza de Vila Cruzeiro para que los familiares puedan identificarlos.
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Felipe Curi, secretario de la policía del estado de Río, declaró en una conferencia de prensa que se encontraron decenas de cuerpos en un área boscosa donde, según él, llevaban camuflaje mientras luchaban con las fuerzas de seguridad.
“Estos individuos estaban en el bosque, equipados con ropa de camuflaje, chalecos y armas. Ahora muchos de ellos aparecieron en ropa interior o pantalones cortos, sin equipo, como si hubieran pasado por un portal y cambiado de ropa”, indicó Curi.
Por otro lado, el activista local Raull Santiago aseguró que formó parte de un equipo en Penha que encontró unos 15 cuerpos antes del amanecer de este . “Vimos personas ejecutadas: disparos en la espalda, disparos en la cabeza, heridas de arma blanca, personas atadas. Este nivel de brutalidad, el odio esparcido, no hay otra forma de describirlo, excepto como una masacre”, afirmó Santiago
Durante las acciones realizadas con el apoyo de 2.500 agentes y decenas de vehículos blindados, fueron arrestados 81 sospechosos y se requisaron 93 fusiles y media tonelada de drogas, según el último comunicado del gobierno regional.
Los miembros de la banda respondieron a la operación con bloqueos en varias vías de la zona norte de Río, lo que llevó a interrupciones en el tránsito de un centenar de líneas de autobuses y al cierre de decenas de escuelas y centros de salud.
Este miércoles, la ciudad amaneció sin nuevos bloqueos después de la jornada de caos, si bien la mayoría de comercios y escuelas de los barrios afectados se mantienen cerrados.
Donde más se concentra el revuelo es en los hospitales, donde las personas buscan entre los cadáveres a sus seres queridos desaparecidos. Esta misma escena se vivió en la plaza São Lucas, donde los familiares de los muertos lloraban sobre sus restos.
El activista Raull Santiago explicó que la exposición de los cuerpos en el espacio público fue una decisión de las familias, que quisieron visibilizar las condiciones en que se hallaron. Los cuerpos presentaban signos de tortura y resistencia. Muñecas atadas, disparos en la cabeza, puñaladas en la espalda y heridas en las piernas, son algunos de los daños denunciados por organismos de DDHH y familiares.
La información oficial todavía no arrojó datos claros sobre las personas muertas, heridas, arrestadas o dadas a la fuga. Por lo que la incertidumbre y la angustia recorre las zonas violentadas.
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Desde la mañana del miércoles, Río intenta volver a la normalidad. Desde las 6 de la mañana, la ciudad regresó a la fase 1 de la evaluación de riesgo de impactos urbanos, pero esa normalidad no es la que se ve en las calles.
Las carreteras se han abierto al tráfico desde la madrugada pero la circulación de vehículos es casi nula. Sobre todo en sectores como la Zona Sur, la Rua Voluntários da Pátria y la Praia de Botafogo las paradas de colectivos parecen vacías y los peatones no caminan las veredas.
El Diario O'Globo recuperó testimonios de ciudadanos, destacando el de una mujer que opinó: "Se siente como la covid-19. Muy extraño". La desolación, el miedo y el silencio son los protagonistas de este miércoles en Río de Janeiro.


