Un tribunal de París condenó al ex presidente de Francia Nicolas Sarkozy (2007/2012) a tres años de prisión por actos de corrupción. Un año será de prisión firme y dos en suspenso. Se lo declaró culpable de delitos de corrupción y tráfico de influencias. El peor delito fue "comprar" a un juez, que ahora también resultó condenado a prisión.
Aunque muy esperada la sentencia, no deja de ser un shock para Francia: un ex jefe de Estado, abogado en ejercicio, miembro de varios consejos de administración de grandísimas empresas, conferenciante internacional, confidente político del presidente Emmanuel Macron, condenado a una pena de cárcel sin precedentes en la historia política contemporánea.
En el modelo judicial francés, las cámaras correccionales son los responsables de juzgar "por lo penal delitos de gravedad media". En ese caso, la trigésima cámara correccional del Tribunal de París ha sentado un precedente excepcional, condenando con severidad a un exjefe de Estado que aspiraba a ser el hombre presidencial de la derecha tradicional en la próxima elección a ese cargo, dentro de catorce meses.
A juicio del Tribunal de París, Sarkozy, su abogado defensor y un alto magistrado cometieron varios delitos íntimamente ligados: violación del secreto de una instrucción penal, intercambio de favores profesionales, corrupción activa y pasiva al más alto nivel del poder político y judicial del Estado.
Sarkozy no irá a la cárcel inmediatamente. La presidenta del Tribunal. Christine Mée, ha aceptado que el ex presidente acepte llevar un brazalete electrónico que permita su localización permanente. Benevolencia que tiene mucho de humillación. Nicolas Sarkozy presentará un recurso suspensivo, esperando un nuevo proceso y una nueva sentencia.
A muy corto plazo, el ex presidente no entrará en prisión. Podrá beneficiarse de medidas suspensivas. Queda la sentencia, históricamente capital, judicial y políticamente.
El Tribunal de París dictó a primera hora de la tarde de este lunes una triple sentencia de severidad "ejemplarizante", al más alto nivel político, jurídico y penal. Al más alto nivel político de Francia, se condenan tráficos de influencias y corrupción relativamente menores pero altamente simbólicas: el jefe del Estado, Nicolas Sarkozy, pidió y consiguió, personalmente, y a través de su abogado, el 2014, que un alto magistrado, violase el secreto de la instrucción de un proceso en curso, prometiendo y ofreciendo una suerte de "ascenso profesional".
Gilbert Azibert, el alto magistrado corrompido por ofrecer información y servicios al presidente de la República, ha sido condenado a cuatro años de cárcel: uno, en firme; tres, con remisión de pena. Thierry Herzog, el abogado de Sarkozy ha sido condenado a las misma pena: un año de prisión firme; tres de cárcel con remisión de pena. Condenado a tres años de cárcel, Sarkozy todavía será juzgado, próximamente, por otros dos escándalos.