El candidato izquierdista Gustavo Petro logró en la primera vuelta de las elecciones presidenciales de Colombia un 40% de los votos, pero afrontará el ballottage en condiciones poco favorables. El eliminado postulante Federico Gutiérrez, tercero, dio inmediatamente su respaldo al candidato de derecha populista Rodolfo Hernández, con el que competirá Petro el próximo 19 de junio. Hernández, segundo con 28%, y Gutiérrez, tercero con 24%, sumaron más de la mitad de los sufragios, un 52% de los votos, a los que podrían sumarse algunos más de los electores centristas de los partidos tradicionales, que quedaron fuera de carrera.
Este escenario representa un serio obstáculo para Petro y para la “chance histórica” que esperaba la izquierda para acceder al gobierno colombiano de la mano del candidato más votado. Además Petro debe preocuparse de los potenciales votos independientes de centro, que no fueron para Hernández ni Gutiérrez. Los partidos tradicionales fueron los grandes perdedores de estas presidenciales. Además, al ser el voto voluntario en Colombia, una concurrencia mayor a la del domingo en la segunda vuelta podría ser impulsada por el temor a la victoria de Petro entre muchos que no concurrieron a las urnas.
Por todo esto, el ganador de las elecciones del domingo exhortó a su militancia a conseguir “un millón de votos más” para la segunda vuelta del 19 de junio y a los colombianos, a “no dar un salto al suicidio” porque el país “necesita reformas de fondo. Ahora tenemos que construir y entender qué es lo que la sociedad colombiana quiere de su país”, dijo al dar su esperado discurso tras los comicios.
Petro subrayó que Hernández no presentó un plan de gobierno sino sólo apelaciones contra la corrupción, a pesar de que “está imputado por corrupción. La corrupción no se combate ‘de pico’ ni con videos de TikTok”, remarcó el candidato del Pacto Histórico, quien se presentó ante la militancia y los medios de comunicación junto a su compañera de fórmula, Francia Márquez, y familiares de ambos. Para algunos analistas, la figura de Márquez conspira contra las chances de Petro al restarle votos hacia el centro.
A través de un mensaje leído y grabado en una cocina, sin seguidores ni familiares, Hernández mencionó su intención de “unir a Colombia”, lo que fue interpretado rápidamente como la decisión de salir a buscar los votos de Gutiérrez. “Ya estamos en el segundo tiempo, hoy perdió la corrupción”, dijo el candidato de la coalición Liga de Gobernantes Anticorrupción y ex alcalde de Bucaramanga, de 77 años. “Soy consciente de la necesidad de unir al país en un cambio y soy consciente de las dificultades que habrá cuando sea presidente”, dijo Hernández, cuestionado por la falta de un plan de gobierno y también de estructura política.
De todos modos, y aun eliminado de la carrera presidencial, quien sacudió la noche electoral fue Gutiérrez, al anunciar sin demora su apoyo a Hernández para el ballottage. “No hablamos con Rodolfo (Hernández) ni necesito hacerlo; quiero expresar públicamente que no queremos perder al país ni poner en riesgo el futuro de Colombia, por eso votaremos por Rodolfo y Marelen (Castillo) el 19 de junio”, dijo Gutiérrez. El candidato, considerado más cercano al actual oficialismo, explicó que esa decisión representa “la forma más sensata de cuidar las libertades”, porque entiende que Petro constituye “un peligro por lo que dijo y lo que hizo”.
En conversación con diversos medios de comunicación, colaboradores de Petro afirmaron que venían evaluando distintas alternativas para el ballottage según fuera el resultado del domingo pasado. Confiaron en que las tres semanas que median hasta la segunda vuelta dejarán al desnudo la escasez de propuestas de Hernández, quien suele expresarse públicamente de manera grosera y es identificado con líderes como el estadounidense Donald Trump y el brasileño Jair Bolsonaro. Hace cinco años, Hernández dijo que admiraba a Adolfo Hitler, pero se retractó con justificaciones no demasiado claras el año pasado, cuando ya estaba lanzado a la carrera presidencial.
Hernández logró saltar de la política local como alcalde de Bucaramanga, al noreste del país, a la nacional en un solo intento. Como ingeniero, amasó una fortuna en el sector privado con el negocio de bienes raíces y decidió incursionar en la política en 2016 al ganar su primera elección popular. “El millonario que entró a la política para no robar más’’, así se describe a sí mismo en avisos publicitarios. Disruptivo y usando un lenguaje coloquial, dice que financió su aspiración con dinero de su propio bolsillo, por lo que no organizó grandes eventos en plazas públicas. No tuvo, como los demás candidatos, una sede dispuesta para recibir los resultados. “No soy ingenuo frente a las resistencias que habrá contra el gobierno decidido a acabar con la corrupción. No les fallaré y no descansaré un minuto en el cumplimiento de mi compromiso con todos ustedes’’, aseguró a través de redes sociales, donde se hizo muy popular, sobre todo en TikTok.
Para el analista político Johan Caldas, de la Universidad de la Sabana, parte del electorado que conquistó Hernández pertenece a la derecha, que abandonó a último momento a Gutiérrez y apostó por un candidato con mayores probabilidades de derrotar a Petro en segunda vuelta al no cargar con el peso del continuismo de un gobierno que termina con baja popularidad. Hernández es comparado con Donald Trump. Caldas cree que, aunque sus ideas son distintas, comparten algunas características, como estar alejados de “todo tipo de estructura, formalismos y pensamientos partidistas que terminan justamente por convencer a las personas que encuentran una opción de cambio justamente alejado de lo tradicional’’.
Los comicios transcurrieron en general con tranquilidad, excepto por el asesinato de un fiscal y tres ataques explosivos contra las fuerzas de seguridad en el sur del país.