La Asamblea Nacional Popular (ANP), el máximo órgano legislativo de China, aprobó ayer dos esperadas resoluciones en materia de política social y de derechos humanos al poner fin a los controvertidos campos de reeducación y relajar la política del hijo único. Ambas decisiones fueron tomadas en la última reunión del año de la ANP, tras una semana de deliberaciones y un mes y medio después de que el Partido Comunista de China (PCCh) prometiera éstas y otras reformas sociales y económicas. Sin embargo, la implementación de las resoluciones aprobadas ayer están ahora en manos del gobierno central y de las provincias.
Los cambios en la política de un solo hijo, que se anunciaron por primera vez el mes pasado, permitirán a las familias tener dos hijos si uno de los padres es hijo único, de acuerdo con la agencia de noticias estatal Xinhua. En la actualidad, ambos padres deben ser hijos únicos para optar a tener un segundo hijo. Actualmente, la ley china prohíbe que las parejas tengan más de un hijo. No obstante, existían hasta ahora excepciones para las parejas compuestas por hijos únicos, para las minorías étnicas y para las parejas rurales que habían tenido primero una hija.
Control natal. La política del hijo único, que comenzó en la década de 1970, ha impedido unos 400 millones de nacimientos en China, según Xinhua. Aunque la política ha sido aplaudida por muchos para frenar el rápido crecimiento de la población de China, también ha sido ampliamente criticada porque se traduce en abortos forzados y fuertes multas para las familias. Algunos críticos dicen que la ley perjudica a los ancianos chinos, que suelen depender de sus hijos para el apoyo en la vejez, además, aseguran que restringirá el crecimiento económico cuando la población en edad laboral comience a declinar.
Demógrafos y estrategas que elaboran las políticas han calculado que la medida beneficiará a entre 15 millones y 20 millones de padres chinos, la mayoría en ciudades, y resultará entre un millón y dos millones de nacimientos adicionales por año en los primeros años, aparte de los 16 millones que de bebés que llegan a este mundo cada año en China. Desde la década de 1990, la tasa de natalidad ha disminuido, con una media de alumbramientos entre las mujeres chinas de 1.4 a 1.6 hijos. Las autoridades dicen que la flexibilización de la política del hijo único no significa que China renuncie a su política de planificación familiar. "China aún tiene una gran población (1.350 millones). Esto no ha cambiado. Muchos de nuestros problemas económicos y sociales están relacionados con esta realidad", dijo Jiang Fan, diputado en Asamblea Nacional Popular.
En cuanto a los campos de reeducación mediante trabajo (laojiao), los mismos son abolidos casi 60 años después de que fueran instaurados por el gobierno entonces liderado por Mao Tse-Tung, "tras cumplir su misión histórica", según la agencia oficial Xinhua. La ANP especificó que, una vez promulgada la resolución, aquellos que cumplen pena en estos centros serán liberados. Sin embargo, todas las penas cumplidas hasta ahora serán legales, por lo que las víctimas no podrán demandar a los campos ni al Estado para exigir indemnizaciones por el tiempo que pasaron allí.
Maltratos y torturas. Los grupos de derechos humanos acusaron al gobierno de hacer cambios meramente cosméticos con la abolición de los campos de reeducación, creados en 1957. "Los maltratos y la tortura siguen, solamente que de un modo diferente", afirmó Corinna-Barbara Francis, de Amnistía Internacional (AI). La activista subrayó que aunque se eliminen los campos de trabajo, las investigaciones muestran que las mismas personas siguen siendo castigadas. Algunos centros se limitaron a cambiar de nombre, pero siguen trabajando con los mismos métodos, sólo que ahora como lugares de "rehabilitación de drogadependientes". Hasta ahora se podía retener durante cuatro años a personas sin someterlas a juicio en los campos de trabajo chinos. Eso hacía que muchos opositores y activistas fuesen a dar a este tipo de instalaciones por simple orden de la policía y no contasen con ningún recurso de defensa legal. También solían ser enviados allí delincuentes menores. Human Rights Watch consideró que los cambios son insuficientes. "La modificación de las reglas sigue limitando de forma injusta el derecho a la reproducción", dijo Brad Adam. Quien no se ajuste a las regulaciones será castigado. Y sigue habiendo informaciones sobre abortos y esterilizaciones forzadas, indicó.