Se sumó a militar en la facultad en 2014, porque entiende que es importante, como estudiante, sumarse a transformar la universidad pública desde la organización colectiva. Así se presenta Claudio Cointry, alumno del último año de Arquitectura de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y presidente del centro de estudiantes de esta facultad. El joven se suma esta semana a la sección “Pido la palabra”, el espacio que recoge las voces y miradas de quienes conducen los espacios de participación de escuelas secundarias y de la educación superior.
“Los estudiantes somos una parte fundamental en la historia de la universidad pública argentina, para discutir incluso cómo queremos formarnos. Y en esta carrera, discutir para quienes hacemos arquitectura y para quienes construimos ciudad es un debate en el que los estudiantes tenemos que ser parte”, dice Claudio, de 29 años y quien además de militar en la agrupación Alde es ayudante de cátedra de introducción a la arquitectura, una materia de primer año de la facultad.
Empezó su vínculo con la docencia en 2020, justo el año de la cuarentena. Una experiencia que recuerda, requirió de un esfuerzo muy grande de docentes, ayudantes y estudiantes para poder adaptarse a los nuevos formatos que impuso la virtualidad, sobre todo en una carrera con mucha carga práctica.
Transformar la universidad
Claudio entró a la facultad de La Siberia en 2012. Antes pasó por la Escuela de Música, donde estudió un año composición. Respecto de su carrera dice que “hay una necesidad muy grande en un país como el nuestro, y en una ciudad como Rosario, donde se ve gente viviendo en la calle y con barrios enteros con problemas, que no tienen cloacas, agua o que viven en condiciones muy precarias”. En este contexto, entiende a la arquitectura como una profesión social más que necesaria. “Creo que ese es el rol de la universidad, ser críticos con esta realidad y pensar cómo va a ser la ciudad el día de mañana y cómo deberíamos vivir. En lo que se construye, el requerimiento suele ser cuántos metros cuadrados metés en este terreno, y eso condiciona muchas veces las formas en las que se vive, lo que es un gran debate”, reflexiona.
Transitando los últimos pasos en la carrera, el presidente del centro de Arquitectura dice que, si bien aún no tiene decidido alguna rama específica de su profesión, sí tiene en claro que le gustaría seguir como profesor: “La docencia es también un lugar para transformar la universidad y para aportar a los profesionales del día de mañana”.
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Cointry destaca el trabajo barrial que realizan docentes y estudiantes.
Sebastián Suarez Meccia
Tiempo de elección
En abril pasado su agrupación —vinculada a la izquierda universitaria— obtuvo 1201 votos estudiantiles, por encima de los 546 de La Dominó, los 385 de Área y los 128 de Franja Morada. Además, de los ocho consejeros estudiantiles, cinco pertenecen a su espacio. “Este año pudimos ganar el centro después de mucho tiempo, y eso nos permitió pensar una lógica distinta, donde podamos ser protagonistas de trabajar cada tema que nos atraviesa como estudiantes”, apunta Cointry.
Respecto del Alde, el frente al que ingresó hace ocho años, dice que sintió que “era el único espacio que planteaba las cosas que pasaban realmente en la Facultad”. En ese 2014 la presidencia del centro estaba en manos de Área, agrupación ligada al socialismo universitario.
Como militante estudiantil, el joven de Arquitectura también se muestra preocupado por la realidad nacional y cómo esta impacta en el día a día del alumnado: “Estamos en un momento muy difícil, esto nos atraviesa en diferentes aspectos. Y también en una facultad como esta, donde los gastos para cursar en general son muy grandes”. Entiende que por ello parte de las acciones que emprenden deben estar orientadas a generar “políticas de contención y de permanencia en la universidad”, aunque sin descuidar la agenda académica vinculada al cursado.
Hábitat popular
El déficit habitacional y la convivencia en una misma ciudad de la opulencia de grandes torres con viviendas precarias, es para el estudiante un fenómeno a analizar. “Creo que el problema habitacional está presente en la facultad, como en ciertas cátedras que lo trabajan, pero siento que nos faltan herramientas para terminar de abordarlo”, señala el joven. Y agrega: “Quizás es un tema que se lo trabaja más desde el lado urbanístico y desde algunas cátedras de proyecto, pero siento que todavía faltan algunas instancias para poder hacerlo”. Menciona que en 2019, desde su agrupación realizaron un trabajo barrial en Granadero Baigorria, una experiencia a la que describe como muy importante, porque significó trabajar con comunidades originarias y aprender de ellas. “En ese barrio —recuerda— había unos módulos habitacionales hechos por el Estado pero de 4 x 4, donde cada familia iba ampliando como podía. Por eso como estudiantes fuimos a dar una mano para pensar en esos proyectos familiares. Bueno, ahí vimos que no teníamos todas las herramientas que necesitábamos para ese momento y esa realidad compleja”. Para el segundo cuatrimestre tienen en carpeta arrancar un proyecto de trabajo barrial con pescadores de Villa Gobernador Gálvez, aunque más relacionado al diseño industrial, una carrera que comenzó a dictarse recientemente en la facultad.
“Desde la agrupación —agrega Cointry— soñamos con una universidad donde podamos tener una formación crítica de la realidad que vivimos y estar al servicio de las necesidades que tiene la gente. Donde los universitarios seamos una parte fundamental de ese proceso de transformación y que nuestros compañeros puedan ingresar, mantenerse y egresar de la universidad. Y donde podamos discutir cada cosa que nos afecta como estudiantes y como parte del pueblo argentino”.