Querido Papá Noel:
Querido Papá Noel:
Te escribo porque, como todos los años, al llegar diciembre los grandes aprovechan la ocasión para “recomendarnos” que nos portemos bien. Dicen que si no lo hacemos, vos no pasarás por casa y no recibiremos ningún regalo.
Más allá de las advertencias de fin de año, espero que tengas en cuenta que nos portamos mejor que de costumbre. Pero, como no quiero arriesgarme y confiar a ciegas en tu memoria, me tomo el trabajo de decirlo con todas las letras.
Extrañamos mucho a nuestros profes, seños, amigas y amigos. No pudimos ir a la escuela, pero seguimos aprendiendo a la distancia, a través de la compu, del celular, de la radio o las tareas entregadas en manos de nuestras maestras. No pudimos jugar en el parque ni en la plaza, pero nos las ingeniamos jugando en casa. Cuidamos a las abuelas y los abuelos. Ojalá que sepas cuánto los extrañamos.
No es por hablar bien de la niñez, pero deseo que estés al tanto de que nos hemos portado muchísimo mejor que algunos grandes. Prefiero evitar dar nombres y entrar en detalles.
Sabemos que vos también sos grande, la tele diría que sos población de riesgo. Lo bueno es que nunca podemos verte, así que el distanciamiento social está asegurado. Digamos que no tenés excusas para no hacer tu trabajo, así que te esperamos. Pero, por las dudas, te dejamos algunas recomendaciones.
Te pedimos que nos hagas el enorme favor de no hacerle caso a las publicidades y las vidrieras de las jugueterías. No saben nada acerca de la infancia.
Necesitamos que no te convenzan de que existen juegos, juguetes y colores que son para niñas, y otros que son para varones. Avivate, esas ideas tienen olor a naftalina. Mi abuela diría que son de la “época del ñaupa”.
Este año las niñas esperamos que nos sorprendas. Nada de Barbies, cocinas, maquillajes, set de limpieza ni princesas. Los chicos también andan deseando algo distinto. Ya tienen un montón de autos, pelotas de fútbol y herramientas. Te pedimos que seas más desobediente y ocurrente.
Y, como este año estoy más pedigüeña que de costumbre, te pido que intentes ser justo en la redistribución de los regalos. Espero que en esta Navidad reciban más alegrías las niñas y los niños, que no tienen casi nada, para que -al menos- un día del año sientan que tienen algo, para que puedan jugar y soñar, mientras seguimos reclamando que se cumplan todos los derechos de las infancias.
Te esperamos diferente y renovado. No nos decepciones. Este año fueron demasiadas las frustraciones.
¡Un beso!
Una niña.