Diego Mateo fue un soldado eficiente que peleó y luchó como en otras épicas batallas que afrontó. Le tocó bailar con la más fea. Parecía ser una situación complicada, pero la hizo sencilla. La resolvió con simpleza. A tal punto que al duelo ante Ronaldinho lo ganó por robo. Anuló a la máxima figura de Atlético Mineiro, un grande del fútbol mundial, que el miércoles poco pudo hacer para mostrar toda su jerarquía. "Lo encerramos bien y no lo dejamos jugar tranquilo", expresó el rubio volante de Roldán, el elegido por Martino para reemplazar a Rinaldo Cruzado en el partido de ida por las semifinales de la Copa Libertadores.
Newell's no hace marca personal, si no en zona. Y ahí Pomelo le sacó el jugo a su juego y la tarea de salir a evitar que Mineiro —sobre todo Dinho— manejara con tranquilidad la pelota. Es sabido que ante el mínimo espacio puede fabricar una jugada fantástica y dejar a un compañero de cara al gol. "Cuando lo dejamos metió una pelota de gol", recordó el mediocampista sobre aquella jugada en la primera etapa, cuando metió un toque bárbaro para dejar a Bernard mano a mano con Guzmán. Y ahí el Patón se lució con una rápida reacción y quedándose con una pelota de gol.
Pomelo robó una y otra vez. Ronaldinho pocas veces estuvo participativo y eso se debió a la presión que ejerció el propio Mateo, y en otras ocasiones Pablo Pérez, otro que también aportó a la causa y hasta le hizo sentir el rigor en más de una ocasión. "Lo encerramos bien y lo encimamos en todo momento. No podía jugar tranquilo, pero cuando lo dejamos metió una pelota de gol bárbara. Por eso habrá que tener mucho cuidado en el partido de vuelta la semana próxima".
En cuanto al juego en sí, en el que Newell's mostró una enorme superioridad futbolística en todo momento, a la Lepra le costó abrir el marcador a pesar de ir de manera constante contra los palos de Víctor. Aunque igual el gol maduraba, la sensación era que estaba al caer en cualquier momento. "Se estaba negando el gol y nos parecía una injusticia. Tuvimos la pelota en todo momento, más allá que Mineiro elaboró una muy clara. Igualmente, creo que creamos las jugadas más importantes y era una lástima que no entrara. En definitiva, terminamos obteniendo un buen resultado", opinó.
No era la primera vez que Mateo debía lidiar con Dinho. Le había tocado enfrentarlo cuando el volante leproso estaba en Racing de Santander y el brasileño hacía de las suyas con la camiseta de Barcelona. Así que no era algo nuevo, pero sí gratificante. "Es un orgullo enfrentar a estos monstruos", dijo el jugador que en más de una ocasión levantó a la gente, que de manera instantánea ensayó el clásico "Pomelo..., Pomelo...".
Tiempo atrás le tocó lidiar con Riquelme y el miércoles por la noche lo hizo con Ronaldinho, algo que para Mateo es sumamente gratificante. "Me tocó jugar en estos partidos de Copa enfrentando a unos monstruos. Es un orgullo jugar contra este tipo de jugadores".
Mateo pudo decir misión cumplida con su tarea, como el resto de sus compañeros. En en este caso en particular sobresalió por la compleja tarea que le había encomendado el Tata Martino.
En la revancha, también “a ganar”
El planteo de Newell’s para el encuentro de la semana próxima no será muy diferente al realizado el miércoles en el Parque porque el estilo nunca se cambia. Por lo menos así lo entiende Mateo. “Por cómo es el Tata va a querer que salgamos a jugar. Hay que tener en cuenta que si llegamos a hacer un gol ellos tendrán que convertir cuatro”, analizó.
Un detalle muy valioso a esta altura y en la espera leprosa por el encuentro revancha es que “no nos hicieron goles. Hay que estar tranquilo y trabajar el partido. Quedan noventa minutos que por ahí se nos pueden complicar. Habrá que estar muy atentos, concentrados y preparados de la mejor manera”, opinó.
Cinco en la Libertadores
Mateo jugó cinco partidos en la Copa Libertadores y no perdió en ninguno. Lo hizo en la visita rojinegra a la U. de Chile, Vélez y Boca, y de local también ante los xeneizes y el miércoles frente a Atlético Mineiro.