Omar Chabán, el ex gerenciador del boliche porteño República Cromañón, los músicos del grupo de rock Callejeros y los demás condenados por la tragedia del 30 de diciembre de 2004 en la que murieron 194 personas purgan desde ayer las penas de prisión, a raíz de un fallo de la Cámara de Casación que ordenó ayer el cumplimiento inmediato de las condenas.
Chabán, su mano derecha, Raúl Villarreal, y los músicos de Callejeros Maximiliano Djerfy y Elio Toledo quedaron detenidos ayer cuando se presentaron ante la Justicia, en Buenos Aires, donde comenzaron a cumplir las penas de prisión a las que habían sido condenados.
A ellos les seguirán el líder de Callejeros, Patricio Fontanet, así como todos los demás integrantes de la banda, y un empresario, un policías y tres ex funcionarios porteños. Personal de la Policía Federal realizaba anoche distintas diligencias para localizar al resto de los condenados que deben quedar detenidos. Estos son Patricio Santos Fontanet, ex líder de Callejeros; Juan Carbone y Cristian Torrejón, ex saxofonista y bajista de la banda, respectivamente; Daniel Cardell, escenógrafo; Diego Argañaraz, ex manager, el ex subcomisario Carlos Díaz; y los ex funcionarios porteños Fabiana Fiszbin, Gustavo Torres y Ana María Fernández.
La medida también alcanza al ex baterista Eduardo Vásquez, aunque este ya está preso por haber sido condenado por el crimen de su esposa Wanda Taddei.
Todos los condenados deben quedar detenidos ya que el máximo tribunal penal del país rechazó todos los recursos extraordinarios de las defensas por considerar que no se probó la "gravedad institucional" del caso que justificara su tratamiento por parte de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
Los camaristas Liliana Catucci, Eduardo Riggi y Mariano Borinsky entendieron que tampoco estaba en juego una cuestión "federal", por lo que vedaron la llegada de los condenados a la Corte. En su resolución, Casación citó jurisprudencia según la cual "los pronunciamientos por los cuales los más altos tribunales provinciales deciden acerca de los recursos extraordinarios de orden local no resultan susceptibles de revisión por medio de la apelación federal".
"Sostener lo contrario importaría abrir una tercera instancia ordinaria donde puedan discutirse decisiones que se estimen equivocadas según la mera apreciación de los recurrentes", añadió el tribunal. "Aun reconociéndose la gravedad de los hechos investigados, cuya repercusión y efectos tienen vigencia en la actualidad, la manera en que fue sustentada la alegada gravedad institucional sólo permite observar la existencia de un interés que involucra al recurrente"" sostiene el fallo de la Cámara.
Para los camaristas, "los recurrentes no han planteado concretamente la cuestión federal a debatir".
Por su parte, Chabán, que debe cumplir una pena de diez años y nueve meses de prisión, se presentó ayer a la tarde en los tribunales porteños ubicados en Paraguay 1536 y quedó alojado en la alcaidía a la espera de ser trasladado al penal de Marcos Paz, al igual que Villarreal, donde ambos ya estuvieron detenidos al inicio de la causa.
"Vine con la cabeza alta porque no tengo nada que ocultar", dijo el ex mano derecha de Chabán al llegar a los tribunales para cumplir una pena de seis años de cárcel.
En tanto, Diego Storto, abogado de Djerfy dijo a Télam que su defendido y Delgado, ambos condenados a cinco años de prisión, también quedaron alojados en la alcaidía y pidieron ser llevados al penal de Ezeiza.
El 17 de octubre, la Cámara de Casación fijó las condenas de todos los responsables y además le impuso una pena de ocho años al ex subcomisario Díaz, de siete a Santos Fontanet, de seis a Vásquez, y de cinco a Torrejón, Carbone y Argañaraz. También fijó penas de cuatro años a Fiszbin, de tres años y nueve meses a Torres, de tres y medio a Fernández, y de tres a Cardell.
Las primeras condenas habían sido fijadas el 19 de agosto de 2009 por parte del TOC24, pero la Casación al año siguiente modificó la calificación de estrago doloso a culposo, por lo que se volvieron a imponer nuevas condenas.
En tanto, la Corte Suprema tendrá la última palabra sobre la calificación de los hechos, ya que las querellas insisten con la figura de estrago doloso.
La tragedia se desató el 30 de diciembre de 2004 en la discoteca del barrio porteño de Once cuando una bengala lanzada durante el show de Callejeros hizo entrar en combustión la decoración del lugar, desatando un voraz incendio de enormes dimensiones.
El lugar estaba superpoblado porque habían ingresado muchas más personas que las permitidas por la habilitación oficial. El incendio de Cromañón desató una crisis política en la ciudad de Buenos Aires que derivó en la caída de su entonces jefe de Gobierno Aníbal Ibarra por las acusaciones de corrupción y errores en los controles de seguridad de las discotecas.