En la búsqueda de la vacuna contra el sida quedan muchos caminos por recorrer, pero gran parte de ellos conducen a profundizar los estudios del único ensayo clínico realizado hasta ahora que dio resultados positivos: el RV144, efectuado en Tailandia y del que participaron 16.000 voluntarios. Esa fue una de las conclusiones que dejaron las cuatro jornadas del congreso internacional Aids Vaccine 2013, el único dedicado exclusivamente a la investigación de la vacuna del VIH y que reunió hasta ayer a más de mil científicos de 64 países en el centro de convenciones de Barcelona.
Es que otro de los recorridos que los expertos exploraban hasta hace muy pocos meses terminó en un intento fallido con el ensayo HVTN 505 (2.200 voluntarios), parado en abril pasado y realizado en varias ciudades de Estados Unidos. Es la segunda vez en la que se comprueba la no utilidad del adenovirus 5 para el desarrollo de una vacuna preventiva de Sida. La primera oportunidad fue con los ensayos Step-HVTN 502 (3.000 voluntarios de EE.UU, Brasil, Perú, Jamaica, Australia, Haití y Dominicana) y Phambili-HVTN 503 (55 voluntarios en Sudáfrica), detenidos ambos en 2007.
Los resultados de estos ensayos fueron una de las grandes novedades conocidas en la conferencia Vaccine 2013, cuyos datos fueron un fiasco al concluir que en el estudio Step-Phambili la vacuna incluso aumentaba "un 41 por ciento el riesgo de infección de VIH", según reconocieron el investigador Peter Gilbert, del Centro de Investigación del Cáncer Fred Hutchinson de Estados Unidos; y su colega Glenda Gray, de la Unidad de Investigación del VIH de Sudáfrica. De todos modos, el hecho de que se infectaran no tiene que ver con la vacuna, que no introduce en el organismo el virus (ver aparte), sino con prácticas de riesgo en las que han incurrido los voluntarios fuera de estos estudios.
Tras puro ensayo y error, ensayo y error, ensayo y error, el único acierto que queda por ahora es el de Tailandia. Es que con el RV144 se dieron las primeras evidencias en humanos de que una vacuna contra el VIH preventiva, segura y eficaz es posible. Aunque, en rigor, la protección observada fue modesta: 31,2 por ciento al final del estudios (valor menor que el mínimo de un 50 por ciento que es necesario para iniciar el debate sobre su aprobación), mientras que en sus efectos iniciales (los primeros 12 meses) llegó al 60 por ciento.
Así, antes de finalizar el Aids Vaccine 2013 un grupo de investigadores reafirmó sus planes de probar en ensayos clínicos variantes de la vacuna utilizada en Tailandia y evaluar potencialmente un virus modificado que se emplea en la vacuna contra la viruela para determinar si podría proporcionar un beneficio significativo en la prevención del HIV.
Este grupo, creado en 2010, es el Prox-Protein Public-Private Partnership, conocido como P5. Está formado por representantes del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de EE UU, la Fundación Bill y Melinda Gates, la Red de Ensayos de Vacunas del VIH, las compañías farmacéuticas Sanofi-Pasteur y Novartis, el Consejo de Investigación Médica de Sudáfrica y el Programa de Investigación en VIH del Ejército de EEUU (uno de los favoritos de las teorías de la conspiración sobre el origen del VIH y que ya participó del ensayo RV144).
Los investigadores del P5 descubrieron pistas importantes sobre el sistema inmunológico que pueden haber desempeñado un papel en la protección de algunos de los voluntarios en el RV144 . Los datos de los extensos estudios de laboratorio se utilizarán en la planificación de diseño de los nuevos ensayos clínicos . Así, estos científicos tienen la esperanza de mejorar y prolongar el nivel de protección visto en RV144.
El P5 tiene por delante dos ensayos clínicos planeados: uno en Sudáfrica y otro en Tailandia para comprobar si unas vacunas candidatas similares a las empleadas en RV144 ofrecen una protección semejante -o incluso superior- en una población en situación de alto riesgo. El de Sudáfrica involucrará a unos 5.000 voluntarios, mujeres y hombres heterosexuales, y se estima que se iniciará en 2015 o 2016. Y el de Tailandia se focalizará en hombres que practican sexo con hombres y se iniciaría en 2017.
Los experto no descartan que una vacuna contra el VIH, por sí misma, nunca llegue a tener una capacidad para prevenir completamente la infección del modo en que lo hacen las vacunas contra la viruela o la polio. Por este motivo, aclaran que los esfuerzos en el desarrollo de dicha vacuna deberían formar parte de un enfoque más amplio de prevención, que incluya la provisión de métodos de eficacia demostrada, como la realización de pruebas del VIH, la educación y modificación de comportamientos, el uso de preservativos, el tratamiento y prevención del consumo de drogas, los programas de reducción de daños como se llevan adelante en Rosario (suministro de jeringas y agujas), los fármacos antirretrovirales para prevenir la transmisión del virus de madre a hijo, o la circuncisión, bajo una supervisión médica, de los varones adultos.