Hoy quiero llegar a los lectores de este prestigioso matutino con un mensaje de esperanza que traiga paz a nuestros corazones. A pesar de estar transitando el siglo XXI y de gozar de adelantos científicos jamás imaginados, vivimos más preocupados y ansiosos que nunca. Vivimos con temores por el futuro, con miedos por la creciente inestabilidad en todos los órdenes de la vida en todo el mundo. Somos sacudidos frecuentemente con noticias que nos acercan los medios de comunicación, como ser catástrofes, terremotos, oímos de guerras y rumores de nuevas guerras. Y nos preguntamos ¿hacia donde vamos? ¿Qué esperanza tenemos? Pero en medio de este panorama, que sin lugar a dudas, es real, nos viene con frescura, como un oasis en medio del desierto las palabras del Señor Jesucristo y que están registradas en la Biblia: "No se turbe vuestro corazón, ni tengan miedo", crean en mí, tengo la solución para sus vidas". Dijo también: "yo soy el camino. La verdad y la vida nadie viene al Padre sino por mí". Sí, apreciados lectores, hay un solución y una auténtica esperanza y es Jesucristo el único que puede dar a nuestra vida seguridad, estabilidad, esperanza, y un sentido para vivir. Démosle entrada en nuestras vidas y gozaremos de una experiencia de felicidad que nunca antes habíamos conocido.