En torno a la activación de un eficaz y necesario tren de pasajeros que realice el trayecto Rosario-Buenos Aires en pocas horas, notamos la forma muy rápida que se anunció el comienzo de restauración y cambios de vías y durmientes, sin la presentación a la comunidad de diagramas y estudios en las modificaciones, para así interiorizarnos de un funcionamiento eficaz y ordenado. Es común que todo lo que se quiera realizar de la noche a la mañana, al final termina como dice la popular frase: “Hecho a la ligera”. Es lógico que en estos tipos de emprendimientos se presenten problemas y detalles negativos, pero para revertirlos deben ser analizados con la colaboración y visión de todos, vecinales, centros barriales y ferroviarios experimentados. Toda experiencia debe ser aprovechada para su eficacia, en especial para que jamás sucedan los accidentes ferroviarios debidos a falencias de orden humano. Tenemos presente que para lograr un planeamiento eficaz es esencial conocer la ciudad, no solamente por medio de planos actualizados, fotos aéreas, con planos de curvas de nivel, es elemental también una profunda visión del panorama efectuando caminatas, recorriendo todos los sectores con posibilidades, en función de definir la complejidad o factibilidad de un lugar adecuado para la ubicación de una efectiva estación terminal. Fundamentalmente que se adapte a un rápido arribo de trenes desde Buenos Aires y no se convierta en un obstáculo más a la complicada problemática de la circulación de vehículos en cruces de paso a niveles. Pensamos que el lugar adecuado no debe implicar obras con altísimos costos, que requieran expropiaciones y estructuras a gran altura que demandarían fabulosas cifras de dinero. Al final sería tan casi costoso como el tren bala. Cuatro años antes de ese faraónico proyecto del tren bala, en la zona sur, con el aval de 24 vecinales, se estudió para su factibilidad y eficaz recorrido, una diagramación en el lapso de casi cinco años, con continuas modificaciones en lo que atañe a reestructuración de recorridos, cambios de carriles, adaptación de vías métricas con vías 1,67.6 trocha ancha. Entre las variadas reformas, se proyectó a su vez, ramales para puerto Rosario y puerto Belgrano, respetando la circulación de trenes de carga en toda su extensión, y trenes de pasajeros desde el norte con todas sus paradas habituales. El motivo esencial de esa reestructuración fue establecer un recorrido de trenes expreso, directo a capital y viceversa, en un tiempo de 2 horas 45 minutos, impulsados con modernas locomotoras diesel eléctricas, efectuando cuatro viajes semanales y con cuatro viajes por día, ida y vuelta; los tres días restantes, estarían destinados para trenes de pasajeros desde el norte, con las paradas habituales, a la vez, trenes de carga. Analizando los detalles, se determinó que el lugar más indicado es donde en un tiempo funcionó el actual precario Apeadero Sur, a pocas cuadras del actual Casino, teniendo el privilegio de circular frente a la proyectada estación variadísimas líneas de ómnibus con una avenida de doble mano, contando además con espacio suficiente que le pertenecen al predio constatado en Catastro. Allí se da la factibilidad para construir el edificio de una estación terminal eficiente. Con la intención de reducir esta nota, obviamos detalles de la extensa diagramación archivada. Nos resta pedir a funcionarios municipales, provinciales y estatales, no hacer oídos sordos, escuchando solamente a sus asesores con conocimientos no muy profundos y a instituciones ferroviarias cerradas en su apasionado fanatismo, sosteniendo que el lugar para tal fin debe ser centro o norte por tradición, desmereciendo otras opciones. Todas las organizaciones barriales tienen derecho a diagramar y exponer sus puntos de vista, tras sus estudios y definir, de acuerdo a sus criterios, los lugares más indicados para la estación.