Educar a través de un recorrido imaginario por distintos países sudamericanos es la original propuesta que, desde hace más de cinco años, viene desplegando el quinteto vocal femenino Tamvos. Lo hace por distintos establecimientos educativos de Entre Ríos, Santa Fe y La Pampa. El espectáculo se llama "El viaje, cada parada canta", donde las integrantes —radicadas en Paraná— juegan y cantan con chicos de escuelas primarias de entre 7 y 10 años. Para los gurises es otra forma de aprender. Para ellas, un permanente aprendizaje.
Quienes integran Tamvos alguna vez pasaron por Rosario y tienen muchas ganas de volver. "Estuvimos en la Isla de los Inventos para las vacaciones de invierno de 2011 y nos fue muy bien, con una muy excelente respuesta de los gurises", cuenta a la distancia Carina Netto, una de las integrantes del grupo vocal junto a Florencia Di Stéfano, Stella Sánchez, Silvia Salomone y Valeria Martínez (tamvos.blogspot.com.ar).
La historia del grupo se remonta a 2004 cuando las chicas se juntan con una temática bastante definida: interpretar ritmos latinoamericanos con un valioso aporte de instrumentos convencionales y "artesanales" de percusión, cuerdas y acordeón. Numerosas presentaciones por distintos puntos del país las fueron consolidando. Este año, participaron del Festival de Cosquín formando parte de la delegación de la provincia de Entre Ríos.
Proyecto. "El viaje fue un proyecto que tenía que ver con hacer algo para los chicos. Planteamos un viaje imaginario por cinco países. Salimos de la Argentina, a través de la canción litoraleña, de una autora entrerriana, y después en forma azarosa empezamos el viaje porque son los chicos quienes van eligiendo el destino. Tenemos un gran mapa y les hacemos ubicar ese país a través del color", abunda Carina con su inconfundible tonada.
También cuenta que el espectáculo está planteado para chicos de 7 a 10 años porque esa es la edad en que en la escuela comienzan a hablar de los distintos países. Y que son cinco los elegidos porque el espectáculo está planteado para una hora de duración; "si no se empiezan a aburrir o a cansar. De todos modos, tenemos pensado incorporar otros países", agrega.
Cuando en el viaje el destino es Venezuela el ritmo elegido es el golpe. "Entonces cantamos con los gurises y les hablamos de un instrumento característico de ese lugar, que es el cuatro. Y cada país plantea como un juego y en una hora se sucede una dinámica increíble donde pasan un montón de cosas. Por más que ya lo tenemos armado, ellos te van devolviendo cosas permanentemente. Y por más que dentro del grupo hay tres docentes, trabajar para los chicos es muy difícil y es un desafío permanente. Porque además, ellos están acostumbrados a otra música. A nosotras nos sorprende que se enganchen a cantar, a ver los instrumentos que se tocan, a estar super atentos y les encanta esto del desafío de jugar con vos. Esto no es una clase magistral, en absoluto".
El espectáculo no está planteado para realizarse en escuelas, sino en teatros o centros culturales. "Para nuestro espectáculo utilizamos muchas luces y necesitamos mucho sonido, por eso está pensado para salas culturales. Llevarlos a las escuelas es difícil, pero si algún establecimiento cuenta con esas condiciones no tenemos inconveniente en ir. Hay otra cosa en este proyecto, y es que los chicos vayan al teatro o a una sala cultural. Y hablamos de que concurra la gente de los barrios. Es más, nos hemos encontrado con casos de chicos que nunca habían ido al teatro. Y encima encontrarse con un espectáculo que es nada más que para ellos, más allá de que estén los docentes, para los chicos eso no tiene precio", explica Carina Netto.
Ritmos y canciones. Al referirse a algunos detalles de los ritmos y canciones de cada país, Carina explica: "En Colombia tenemos la cumbia. En el espectáculo les damos un programa hecho de cartón corrugado. Ese elemento se transforma en un instrumento llamado güiro, que es como una especie de rallador. De Perú tocamos un festejo y como instrumento está el cajón. Ahí Valeria juega con los gurises. Después viene el candombe uruguayo. Tras un apagón, aparece como una luna que en realidad es el tambor piano del candombe iluminado desde atrás. Y ahí Estela explica los tipos de tambores que participan. Todo el tiempo es una sorpresa. Y eso porque no están acostumbrados a otras músicas, salvo algunas excepciones".
Sorpresas. Se han encontrado con gratísimas sorpresas con esta experiencia, como una reciente en la capital pampeana, Santa Rosa: "Cuando llegamos al lugar de la actuación nos encontramos con un grupo grande de chicos de jardín de infantes que tenían entre 3 y 4 años. Estaban en la primera fila. Cuando les plantearon que el espectáculo estaba planteado para chicos más grandes, la maestra dijo que sus nenes estaban acostumbrados a escuchar música latinoamericana y que habían pedido venir. Cantaron y aplaudieron y cuando terminamos nos dieron un beso a todas y nos agradecieron. Eso no se paga con nada...".
Con un disco editado recientemente, que lleva el nombre del grupo, y con gran cantidad de escenarios recorridos, las chicas de Tamvos tienen en claro algunos conceptos. Y Carina lo resume al referirse a esta original propuesta: "Nos damos cuenta que los chicos necesitan este tipo de educación no formal, porque los hace mucho más libres. Y ellos nos devuelven la frescura que tratamos de darles en cada actuación. Escucharlos cantar cosas a lo que no están acostumbrados es maravilloso".
Dónde contactarse. "Sentimos la necesidad de juntarnos en la música y en ella encontrarnos. Confluye en nosotras aquello que una vez una abuela cantó y un amigo convidó, lo que la luna acompañó y el parche emocionó... el río... el horizonte". Así se presentan las integrantes de Tamvo en su blog. Más detalles sobre las presentaciones didácticas, escribir a: [email protected]