Mendoza. — Un chico de 14 años mató de un escopetazo a un niño de 12 durante una discusión, luego envolvió el cadáver y lo arrojó desde la terraza de su edificio hacia un terreno baldío, en el departamento mendocino de Tupungato.
Mendoza. — Un chico de 14 años mató de un escopetazo a un niño de 12 durante una discusión, luego envolvió el cadáver y lo arrojó desde la terraza de su edificio hacia un terreno baldío, en el departamento mendocino de Tupungato.
El acusado, que fue detenido y está a disposición de la Justicia, luego del asesinato intentó limpiar la escena de lo ocurrido, se bañó y ocultó el arma en una casa vecina, según explicaron los voceros.
El incidente sucedió el miércoles, cerca de las 22, en Güemes 290, en pleno centro del departamento mendocino de Tupungato, a unos 50 kilómetros de la capital provincial. Allí vive con sus padres el mayor de los dos chicos, apodado Chupetín, quien durante la tarde había recibido la visita de un vecino suyo, llamado Franco Bordón, de 12 años.
Durante la tarde se produjo una discusión entre los dos amigos, que estaban solos, en la cual Bordón le causó un corte en la mano al otro adolescente con un cuchillo de cocina. Ante esa situación, el dueño de casa se dirigió a un placar y extrajo una escopeta recortada calibre 16 que estaba guardada y sin balas, aparentemente propiedad de su abuelo.
Según la acusación luego buscó las balas, las cargó y se dirigió al lugar donde se encontraba su amigo, en uno de los ambientes de la casa, y le disparó en el pecho. Seguidamente, señalaron las fuentes, el chico trasladó el cadáver al dormitorio, lo tapó con una sábana y se fue a duchar.
Tras bañarse y limpiar la sangre que había quedado en las paredes y en el piso, el adolescente cargó el cadáver de su amigo en un hombro y lo llevó hasta la terraza, desde donde lo tiró hacia un terreno baldío situado al lado de su casa.
Una vecina que vive en el departamento de abajo escuchó un ruido y creyó que podía ser un petardo, pero comenzó a comunicarse con otros vecinos ante la sospecha que algo malo podría haber pasado. Así, la madre del chico asesinado, que vive a 200 metros de la casa donde ocurrió el crimen, también escuchó los comentarios sobre el ruido extraño y se dirigió hasta el lugar para ver si su hijo se hallaba con su amigo.
La mujer tocó el timbre y el adolescente le dijo que su hijo ya se había ido y que había regresado a su casa caminando.Pero otro vecino que también escuchó el estruendo le dijo a la mujer que se había tratado de un disparo, por lo que comenzaron a buscar al chico por el lugar con la colaboración de policías que fueron advertidos de la situación. Finalmente, el cuerpo de la víctima fue encontrado en un terreno lindero al del edificio donde ocurrió el crimen. l (Télam)
Por Gonzalo Santamaría
Por Matías Petisce