Recesión, inflación, caída de empleo, pérdida del poder adquisitivo y de puestos de trabajo. Todo se conjuga para explicar la nueva radiografía de la salud pública municipal: desde enero a julio, las nuevas carpetas médicas vienen en alza, con un pico elevado en los últimos dos meses cuando llegaron a los centros de salud y hospitales más pacientes que antes tenían obras sociales y prepagas. En los perfiles sobresalen ex obreros de la construcción, mercantiles y empleadas domésticas.
El mapa de la pobreza de la ciudad fue delimitado por un reciente informe del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) que mostró que el 49,1 por ciento de la población de Rosario estaba por debajo de la línea de pobreza y el 21 por ciento sus habitantes en condiciones de indigencia durante el primer trimestre del año.
Este fenómeno social impactó en múltiples aristas. Una es la creciente demanda de ayuda alimentaria, que subió un 30 por ciento entre enero a agosto, y en el ingreso de nuevos actores sociales que antes no solicitaban asistencia y ahora van a buscar un plato de comida: jubilados, pensionados, changarines y obreros de la construcción.
Carpetas nuevas
¿Cómo repercute la caída del empleo en la salud? La Capital accedió a los datos elaborados por la Secretaría de Salud del municipio con resultados concluyentes: el sistema registró 9.482 pacientes nuevos este año y también computó 7.802 nuevas historias clínicas familiares.
Según fuentes consultadas, estos promedios van variando según las situaciones socioeconómicas y las épocas del país. Lo cierto es que entre enero, febrero y marzo ingresaron a los datos del municipio entre 600 a 700 personas. Luego en abril y mayo el número se acercó a los mil para pasar en junio y julio hacia los 1.300 mensuales.
El proceso de ascenso, si bien tiene la impronta de una voraz crisis que afecta a sectores asalariados, también contempla los factores estacionales: gente sin obra social que consultó por el dengue en pleno verano, en marzo y abril fue a controles de salud, en mayo fue al médico por enfermedades crónicas, y en junio y julio por crisis respiratorias.
Salud en crisis
El mayor impacto de ingresos se lo llevó el personal de la construcción, y le siguieron los empleados de comercio y en tercer lugar las empleadas domésticas.
"No se trata de un fenómeno inédito porque se han dado situaciones similares, por ejemplo en 2001 y en 2019, pero ahora impresiona y esa es nuestra mayor preocupación", le dijo un funcionario de alto rango a este diario.
La ecuación lleva a pensar que con solo atender a los familiares de estas personas hay un incremento para el sistema. "Hay distintos procesos que se disparan y empiezan a impactar y a eso hay que sumarle las que ya estaban en el sistema y consultarán con mayor asiduidad", dijo el funcionario.
Los datos tienen otro factor que le da rigurosidad al análisis. En la base de los registros y en los últimos 5 años ninguno de los pacientes nuevos había consultado al sistema de salud municipal.
Otro integrante de la Secretaría de Salud, concluyó: "Es un fenómeno creciente que genera preocupación. No estamos en un cuadro alarmante porque tenemos un sistema sólido que todavía lo puede afrontar. Pero, sí, claramente, lo pone en tensión".
Nuevo Centro Cuidar
El miércoles pasado quedaron inauguradas las obras del Centro Cuidar Sorrento y de la Oficina Territorial del Servicio Público de la Vivienda y Hábitat, ubicados en Sorrento y Cullen, en pleno distrito noroeste. De esta forma, se totalizan 43 centros Cuidar distribuidos en toda la ciudad.
Las obras incluyeron tres salas, sanitarios, y nueva cancha de básquet y fútbol. Los centros Cuidar son espacios ubicados estratégicamente en diferentes barrios y promueven actividades para infancias, adolescencias y tercera edad: desarrollo infantil para niños (0 a 2 años); propuestas socioeducativas (3 años); espacios de fortalecimiento familiar; territorios de aprendizajes para niños y adolescentes (6 a 15 años); espacios para juventudes, y actividades Integrales para adultos mayores.