Un incendio que destruyó una casa en el distrito neoyorquino de Brooklyn en la madrugada de ayer causó la muerte a siete niños de una misma familia ortodoxa judía en tanto que la madre y una chica sufrieron heridas muy serias, dijeron los bomberos, que señalaron como posible causa de la tragedia una hornilla que dejaron encendida como parte de los rituales religiosos del sábado judío.
Las víctimas fatales fueron siete niños dijo el comisionado de bomberos Daniel Nigro.
Las sobrevivientes fueron una adolescente y una mujer que se cree es la madre de todos los afectados, que saltaron desde las ventanas del segundo nivel del inmueble, agregó. Ambas estaban hospitalizadas debido a que sufrieron quemaduras e inhalación de humo.
En las habitaciones de la planta alta, conectadas a una cocina por una escalera abierta, dormía la madre de los niños, Gayle Sassoon, de 45 años; cuatro chicas, Eliane, 16; Siporah, 15; Rivka, 11, y Sara, 6, y cuatro chicos: David, 12; Yeshua, 10; Moshe, 8; y Yaakob, de 5 años.
El comisionado describió la tragedia como la peor ocasionada por un incendio del que se recuerde recientemente en la ciudad.
El incendio comenzó poco después de la medianoche cuando los menores dormían en cinco habitaciones en la parte posterior de la casa en Midwood, un sector tranquilo de Brooklyn lleno de árboles y donde los habitantes son predominantemente judíos ortodoxos.
Los investigadores creen que una hornilla que alguien dejó encendida sobre una mesa en la cocina causó las llamas que se extendieron rápidamente por las escaleras hacia el segundo nivel, señaló Nigro.
Más de 100 bomberos combatieron el incendio, afirmó Nigro. Después de ingresar por la fuerza en el inmueble, los bomberos encontraron a las víctimas inmóviles.
“Es difícil encontrar a un niño en una habitación durante una búsqueda”, señaló. “Encontrar a siete niños en una casa es poco común”, agregó.
Los bomberos atravesaron el fuego de la planta baja y rescataron a los niños de sus habitaciones envueltas en llamas y los trasladaron rápidamente a varias ambulancias mientras iniciaban las tareas de reanimación de las víctimas.
Los accidentados fueron trasladados a distintos hospitales, pero la mayoría no pudo sobreponerse a las quemaduras y la inhalación de humo.
Daniel Nigro dijo que cree que el padre estaba en una conferencia y las autoridades no han logrado comunicarse con él.
Durante el sabbat, muchos judíos religiosos no usan electricidad, se abstienen de trabajar y observan otras prohibiciones para respetar el carácter sagrado de la jornada.
Como resultado, algunas familias dejan las hornillas encendidas para que sean utilizables sin violar ninguna ley o tradición religiosa.
Algunos vecinos que conversaron con la prensa manifestaron su gran tristeza a causa del incendio.
Los investigadores encontraron un detector de humo en el sótano de la casa pero ninguno en otras partes del inmueble, señaló Nigro. “No hay señales de detectores de humo en el primer nivel ni en el segundo que hubieran podido alertar del incendio a la familia”, indicó.
Penoso. El vecino Nat Weber dijo al diario New York Post que había visto cómo sacaban a varios niños en camillas. “Me di la vuelta. Ni siquiera quise mirar”, dijo.
Weber dijo haber oído a la madre de los niños pidiendo auxilio. “Oí a una mujer gritando «¡Mis hijos están ahí, sáquenlos, sáquenlos!», dijo al diario.
El anterior incendio en una zona residencial que tuvo una cifra similar de víctimas fatales ocurrió en 2007. Esa ocasión ocho niños y un adulto perdieron la vida en un incendio que destruyó un edificio de 100 años donde vivían varias familias de inmigrantes africanos en el Bronx.
Los bomberos determinaron que el fuego se debió al cable de un calentador que se había calentado en exceso.