La Justicia de Rusia rechazó la petición de concederle la libertad bajo fianza a Camilia Speziale, la joven argentina afiliada a Greenpeace que permanece detenida en la ciudad de Mursmak junto a otros 29 integrantes de la organización ecologista, acusados de "piratería" tras protagonizar una manifestación en una plataforma petrolera en el Artico.
Luego que el tribunal considerara legal la detención, se determinó que la joven de 22 años continúe detenida hasta el 24 de noviembre, cuando se venza la prisión preventiva que se le dictó, informó Greenpeace.
"Soy inocente y no entiendo de qué se me acusa. Estoy arrestada por algo que no hice. Realmente quiero volver a mi país y seguir trabajando y estudiando", aseguró la chica oriunda del barrio porteño de Caballito en la audiencia ante el tribunal, que la semana pasada ya había confirmado la misma decisión para otros cinco activistas. La activista argentina también planteó: "Se me considera peligrosa para la sociedad ¿Cómo puede ser? El mundo entero está pidiendo mi liberación". Tras conocerse el revés judicial, el director de Greenpeace Argentina, Martín Prieto, afirmó: "Vamos a seguir trabajando en todo el mundo para lograr la libertad definitiva de Camila y todos los detenidos por hacer valer su derecho a señalar públicamente los crímenes ambientales. Ellos están presos bajo la absurda e injusta acusación de piratería, mientras que empresas como Gazprom y Shell siguen con sus planes de destruir el Artico en busca de unas gotas más de petróleo", denunció. Más de un millón de personas en el mundo firmaron una petición para que los ecologistas sean liberados.
El otro argentino. En tanto, en los próximos días se conocerá si se le deniega la libertad condicional a Hernán Pérez Orsi, el argentino de 40 años que también se encuentra entre los activistas de distintos países detenidos en Rusia. Los 30 tripulantes del barco de Greenpeace "Artic Sunrise" fueron arrestados el 28 de septiembre y detenidos en arresto preventido por dos meses en Murmansk, ciudad porturaria rusa sobre el mar Artico. La tripulación estaba compuesta por 18 nacionalidades diferentes, entre ellas Rusia, Estados Unidos, Argentina, Francia, Brasil, Holanda y Reino Unido, aunque sólo Holanda solicitó públicamente que estas personas fueran liberadas.
Ayer, además de la de Camila Speziale, el neozelandés David Haussman y el estadounidense y capitán de la nave Peter Willcox, vieron también denegadas sus peticiones de libertad bajo fianza. Ya son nueve las apelaciones similares rechazadas, en tanto la vista de un décimo activista, el italiano Cristian D'Alessandro, se pospuso para hoy, informó Greenpeace, que apeló las detenciones de los 30 miembros de la tripulación del barco.
La organización ecologista consideró que los cargos "son extremos y desproporcionados" y que "suponen un ataque contra el derecho de protesta pacífica", ya que "no tienen ningún sustento según la legalidad rusa e internacional. La presunta piratería no encaja dentro del Código Penal ruso, que exige tres condiciones: un ataque a un barco, un intento de robar la mercadería a bordo y que haya violencia: nada de esto ocurrió", argumentó Greenpeace.
El barco de Greenpeace "Artic Sunrise" fue abordado por un comando de los guardacostas rusos en el Mar de Barents (Artico ruso) después de que varios tripulantes en botes inflables escalaron una plataforma petrolera rusa para, según ellos, colocar una banderola denunciando los riesgos ecológicos. Toda la tripulación del barco —28 militantes de Greenpeace y dos periodistas— fue inculpada de "pirateria en grupo organizado" y podría ser condenada a 15 años de cárcel.
El miércoles pasado, un comité investigador ruso anunció más inculpaciones por "crímenes agravados" contra la tripulación, afirmando que se habían decomisado "productos estupefacientes" a bordo del "Artic Sunrise".
El capitán dijo que se arrepiente de su acción
Peter Willcox, el capitán del “Artic Sunrise”, el barco de Greenpeace inspeccionado el 19 de septiembre en el Artico y cuyos 30 tripulantes están encarcelados e inculpados de “piratería” en Rusia, dijo que “lo lamenta. Si pudiera dar marcha atrás, me quedaría en Nueva York. Lo lamento mucho”, agregó el capitán de 60 años, que cumple una pena de detención preventiva de dos meses.“Hace 40 años que practico este oficio y jamás hubo una acusación semejante”, declaró Peter Willcox ante el tribunal de Murmansk que examina su apelación. Citado por la agencia rusa Ria Novosti, el capitán declaró también ante el tribunal que sufre de “problemas cardíacos”.
En 1985, Peter Willcox comandaba un barco de Greenpeace, el “Rainbow Warrior”, cuando fue dinamitado por agentes secretos franceses en el puerto de Auckland, en Nueva Zelanda, mientras hacía una campaña contra los ensayos nucleares en Polinesia. Esa operación, que dejó un muerto, el fotógrafo Fernando Pereira, provocó un enorme escándalo internacional.
Willcox, quien se encuentra bajo prisión preventiva por dos meses al igual que los otros miembros de la tripulación, ya fue condenado a pagar una multa de 20.000 rublos (450 euros) por negarse a obedecer a las autoridades. La esposa de Willcox reclamó asimismo su liberación.