Escribo con un dolor que me desgarra. El pasado sábado 25 de abril nos arrebataron un ángel llamado Gustavo Emanuel Ledesma Domínguez. Era un chico que el pasado 6 de abril cumplió 20 años. Gustavo (Chaque) era de esas personas que hoy ya no quedan y que ante la peor tormenta te iluminaba la vida con el brillo de sus ojos y una sonrisa compradora. Gustavo vino del Chaco a cumplir un sueño, el de ser el mejor futbolista, dejando parte de su familia allá, con lo que eso significa. Acá en Rosario vivió con sus tíos y primos. Gustavo era feliz, vivía rodeado de gente que lo amaba, porque era eso lo que irradiaba, amor, tranquilidad, seguridad. El pasado viernes llegó de trabajar y se acostó un rato, a las 3 de la madrugada del sábado se levantó para ir a comprar unas cervezas para festejar el cumpleaños de su prima, y ahí es donde comenzó su lucha por vivir y nuestra odisea por seguir sin él. A tres cuadras de la casa, mientras regresaba del quiosco se cruza con una barra de veinte "animales", porque no merecen el calificativo de personas, quienes sin mediar palabras lo golpearon brutalmente y cuando lo tenían en el piso lo mataron, le dieron cuatro puñaladas y lo dejaron desangrarse. ¿Qué valentía no? Veinte contra uno... No puedo imaginar ese momento. ¿Quiénes se piensan que son para decidir sobre la vida de una persona? Por favor, hagamos algo. Nos están matando uno por uno y nadie hace nada. Gustavo tenía veinte años, ¿entienden eso? Le robaron la vida, sus proyectos; y a nosotros, nos robaron sus abrazos, sus sonrisas, sus palabras. Nos llevaron un amigo, una excelente persona. Que se haga justicia y que no sea un número más en una estadística de las que tanto oímos. Chaque, nunca te vamos a olvidar.