La canciller alemana Angela Merkel, hasta ahora invencible en los sondeos, parece haber encontrado su talón de Aquiles: la política de puertas abiertas de su gobierno hacia los más de un millón de inmigrantes que llegaron a Alemania en 2015 y que siguen arribando desde Medio Oriente. Casi un 40 por ciento de los alemanes con derecho a voto se pronunció a favor de una dimisión de la canciller Merkel, según una encuesta de la revista Focus, y la causa es su política frente a los refugiados. Recién esta semana el gobierno de coalición que preside Merkel se puso de acuerdo en endurecer las exigencias para los solicitantes de asilo. Es conocida la postura personal de Merkel, hija de un sacerdote protestante, sobre el asunto: puertas abiertas y luego se revisa cada caso.
El sondeo. De acuerdo con el sondeo realizado de la revista alemana Focus, un 39,9 por ciento se mostró de acuerdo con la afirmación de que Angela Merkel debería dimitir debido a la política de refugiados. Un 45,2 por ciento declaró estar en desacuerdo con esa hipotética renuncia, y un 14,9 por ciento contestó "no sabe/no contesta".
Especialmente críticos con la canciller Merkel fueron los partidarios del partido populista de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) con un 64,6 por ciento, seguidos de los de La Izquierda (45,4 por ciento), Liberales (44 por ciento), los del Partido Socialdemócrata (41,3 por ciento) y de Los Verdes (30,2 por ciento).
Más moderados se mostraron los seguidores de la Unión Cristianodemócrata (CDU), el partido de la canciller, y de la Unión Cristianosocial (CSU), entre los que sólo un 26,6 por ciento afirmó estar a favor de que deje su puesto al frente del país. Merkel lleva semanas en el ojo del huracán por su política de puertas abiertas, lo que llevó a Alemania a acoger, solo en 2015,k a 1,1 millones de refugiados.
La situación escaló cuando salió a la luz que un millar de hombres "de países árabes y del norte de frica", entre los que había mayoría de refugiados, agredieron sexualmente y robaron a cientos de mujeres en Colonia durante las fiestas de fin de año. Pese a que el flujo en los últimos días ha descendido, se teme que vuelva a crecer con la primavera.
La encuesta de Focus, para la que se entrevistó a 2.047 alemanes entre el 22 y el 25 de enero, no es la única, ni es la más representativa de las que se hacen en Alemania, pero sí sirve para mostrar la progresiva pérdida de popularidad de Merkel. La encuesta se publica justo después de que el gobierno de coalición de democristianos y socialdemócratas aprobara una norma para expulsar de Alemania a los extranjeros que cometan crímenes, y luego normas que endurecen la política de asilo referida a la reunión de familias separadas y que además facilita la expulsión de inmigrantes de Marruecos, Túnez y Argelia, países que han salido de la lista que habilita un pedido de asilo.
Pese a la pérdida de popularidad de Merkel, su partido, la Unión Cristianodemócrata (CDU), aún mantiene una alta intención de voto. Según otra encuesta publicada ayer, un 37 por ciento de los alemanes votaría hoy a la CDU, cinco puntos menos que el pasado mes de septiembre. Los socialdemócratas, socios de gobierno de Merkel en la coalición, se mantienen en un 24 por ciento. Los populistas de extrema derechas de Alternativa por Alemania (AfD), logran un 11 por ciento. Es el único partido que se está beneficiando por la crisis de los refugiados.
Elecciones a la vista. El descontento de muchos alemanes seguramente saldrá a la luz aún más claramente el próximo 13 de marzo, cuando se renuevan los Parlamentos de tres Estados federados. Pero entonces puede darse un efecto paradójico que beneficie a la CDU: la entrada de AfD puede hacer que en los dos Estados más importantes en juego -Baden-Württemberg y Renania Palatinado- las coaliciones actuales de socialdemócratas y verdes pierdan la mayoría. Esto llevaría a la CDU de Merkel al gobierno de estos dos Estados.
Grave atentado. Más allá de este juego político menor, el hecho es que la crisis de los refugiados está provocando daño a la política alemana y beneficiando a los extremistas de derecha. En este clima xenófobo, se verificó un atentado de gravedad contra los inmigrantes. La policía anunció que desconocidos lanzaron una granada de guerra contra un centro de solicitantes de asilo en Alemania, sin que estallara el artefacto, en un acto inédito en este país donde se multiplican los ataques contra albergues de refugiados.
La granada de mano fue lanzada por encima de la valla de un centro ubicado en Villingen-Schwenningen, localidad de la Selva Negra (sudoeste), según un comunicado de la policía. La veintena de habitantes del lugar fueron evacuados tras descubrirse el artefacto la noche del jueves al viernes. Según la policía, es la primera vez que un artefacto explosivo es utilizado en un ataque contra los centros de migrantes en Alemania. "El recurso a un arma de guerra contra un centro de refugiados es algo nuevo" indicó un portavoz policial a la agencia DPA.
La policía no tiene indicios sobre la identidad de los posibles autores. El ministro de Justicia, Heiko Maas, consideró "aterrador" este ataque. Dado el clima social y las perspectivas que tiene el problema inmigratorio, es factible que el ataque no sea el último.